Conycontratodos.wordpress.com.- El 26 de abril de 1986, Chernobyl, ciudad al norte de Ucrania que poseía la central nuclear más potente del mundo, fue protagonista del desastre más devastador de la historia. El reactor Nº 4 de tipo RBMK-1000, capaz de producir 1000 megavatios de energía, explotó como resultado de un experimento mal conducido. Una nube radiactiva, con el equivalente contaminante de 400 bombas de Horishoma, se elevó por buena parte de Europa, llegando a afectar con radionucleidos a 145 000 km cuadrados de Ucrania, Rusia y Bielorrusia.
Hoy, Ucrania y Rusia recordaron los 25 años de esta tragedia, donde 5 millones de personas vivieron en áreas contaminadas y otras 600 mil fueron afectadas durante los trabajos de descontaminación. La situación todavía continúa siendo crítica y penosa, como lo muestra este espectacular especial multimedia, La Zone, (webdocumentaire) de Le Monde.
Hace 25 años, Chernobyl poseía 4 de los 13 reactores nucleares construidos a nivel mundial. El 11 de marzo de este año, un tsunami azotó una de las 15 plantas nucleares más grandes del mundo: Fukushima I, en Japón. Los recuerdos de otro desastre parecido al de Chernobyl causaron pánico (o tal vez así parecía), y los medios de comunicación comenzaron la ardua labor de consultar expertos, hacer reportajes e informes especiales sobre el tema.
Tomando distancia del hecho, a casi dos meses de ese devastador terremoto en Japón, resulta que las autoridades japonesas han demostrado ser capaces de sobrellevar los retos que la naturaleza les ha ido imponiendo. Tienen bajo control un posible desastre nuclear, y siguen trabajando en ello. La planta de Fukushima ha sido desactivada, y las unidades 1,2,3 han sido catalagados en un nivel 7 de INES (máxima) y la unidad 4 en nivel 3 de contaminación.
Si bien las tres primeras unidades requerirán un arduo trabajo de descontaminación, la del la unidad 4 no es diferente a otros incidentes nucleares de la historia y su nivel de radiación sobrepasa apenas 1 mSv (milisieverts). Considerando que una persona se expone anualmente de 1 a 3 mSv de radiación natural, no estamos ante una amenaza letal.
Perú y la energía nuclear
El 19 de abril, el Auditorio de la Universidad Jaime Bausate y Meza reunió a estudiantes, periodistas y especialistas en energía nuclear en un evento llamado “Segundo Curso de Energía Nuclear para Periodistas”. Si bien el auditorio no parecía tener la mejor logística para este tipo de eventos (la bulla del patio contiguo y la falta de ventilación no ayudaban mucho), los temas propuestos por los organizadores — Instituto de Investigación para la Energía y el Desarrollo (IEDES) — fueron más que un descubrimiento.
Resulta que el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), presidido por Carlos Federico Barreda, comienza sus funciones como tal el 4 de febrero de 1975, habiendo tenido como antecedente la Junta de Control de Energía Atómica. Las primeras actividades en energía nuclear comenzaron en 1955. En 1978, el IPEN construye el Reactor Potencia Cero, con propósitos de capacitación y entrenamiento para los físicos nucleares y otros especialistas dedicados a este tipo de investigación.
Existe una central nuclear en Huarangal (Carabayllo) y una Planta de Radiación Multiuso en Santa Anita. Revisando la web del IPEN, existe la posibilidad de hacer visitas guiadas a todos los lugares que tengan que ver con desarrollo y uso de la energía nuclear en el Perú. ¿Cuáles parecen ser las actividades principales de estos reactores? En 1988, cuando se inició el Proyecto Centro Nuclear de Investigación del Perú (PCNIP), algunas de sus actividades principales eran la producción de radiosótopos (vitales para la Medicina Nuclear), preservación de alimentos y esterilización de material médico.
La gestión del IPEN
Como casi todo en la vida, nada es 100% felicidad. Aunque el evento del 19 de abril fue, la mayoría del tiempo, un verdadero curso sobre energía nuclear, también se aprovechó la presencia de periodistas para hacer una grave denuncia contra Modesto Montoya, quien llegó a ser presidente del IPEN en el periodo 2001-2006.
Según Patricia Henriquez la Cotera, Secretaria General de SEIPEN (Sindicato del IPEN), Modesto Montoya llevó a cabo la peor gestión de la historia de esta institución, pues “no gestionó la entrega de fondos por parte del gobierno central, a sabiendas que el combustible del reactor nuclear RP-10 se estaba terminando” y “se burló de la opinión pública haciéndoles (sic) creer que sus ‘innovadores proyectos’ eran originales cuando otras instituciones de ciencia y tecnología los venían trabajando antes“.
Hoy, el IEDES convocó a medios y público en general a una conferencia de prensa donde denunciarían al presidente del IPEN, por “tratar de amordazar a los profesionales nucleares y desinformar a la población con respecto a la inseguridad radiológica en nuestro país”, como lo indica uno de sus comunicados. La cita sería a las 11 a.m. en la sede la institución: Jirón Manuela Estacio 120, Of. 210, en San Miguel. Esperaré más noticias al respecto puesto que me fue imposible asistir.
El periodismo y la energía nuclear
Un momento emocionante para el periodista es cuando se topa con un tema en el que no solo basta preguntar al especialista, sino entender a cabalidad un problema y procuprar hacer una investigación de calidad que resulte en información novedosa. El desarrollo, investigación e incluso la (inexistente) normativa de la energía nuclear en el Perú constituyen uno de esos temas.
Según Rolando Páucar (@rolandopaucar97), presidente del IEDES, ”la energía nuclear ha sido vista de mal forma debido a últimos sucesos en Fukushima, donde algunos medios exageraron la información debido a las versiones de los compatriotas peruanos que se encuentran en Japón con sus familiares en Lima, debido al desconocimiento de temas nucleares”.
Por otro lado, el periodista Mario Gonzáles Ríos precisó cómo el factor cultural puede influir en la cobertura que los medios japoneses le dieron a estos sucesos. “La radiación les recuerda a una amenaza que los aterroriza, y si hubieran informado de una manera abierta sobre la filtraciones, el efecto habría sido una reacción social generalizada de la población, pero gracias a la línea moderada se evitaron desórdenes”.
Todo un tema que se nos presenta como una gran oportunidad para expandir conocimientos y empezar a ver que el periodismo tiene infinitas formas de dar a conocer la información. La ignorancia (adrede) sobre ciertos temas no debe ser el causante de información poco veraz que sólo busca titulares que vendan.
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