Naciones Unidas, 22 sep (EFE).- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, subrayó hoy en un foro de la ONU que la conciencia sobre la amenaza de los desastres nucleares como el reciente de Fukushima no debe afectar la confianza internacional sobre los beneficios del uso pacífico de esa energía, pero advirtió contra las armas.
La reunión de alto nivel sobre seguridad nuclear se celebró hoy en la sede de la ONU en Nueva York, en paralelo a los debates de la Asamblea General, que reúne a mandatarios de 193 países para debatir sobre la actualidad internacional.
EL secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recalcó en ese encuentro mundial que se requiere una mayor cooperación entre Gobiernos y agencias internacionales como el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
"Es necesario que nos enfoquemos en el nexo entre seguridad y protección para asegurar que un ataque deliberado contra instalaciones o armas nucleares no tengan consecuencias catastróficas", afirmó Ban, según un comunicado de la ONU.
Rousseff alertó del peligro de las reservas de material nuclear para uso militar que tienen las potencias, que no están sometidas al control del OIEA.
En ese sentido, consideró imperativo que se establezcan plazos para la eliminación completa de las armas nucleares y que la ONU revise las condiciones de conservación y deterioro en que se encuentran.
"Tenemos que avanzar en la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, que ha sido baluarte de la lógica del privilegio nuclear durante más de 65 años y legitima la acumulación de material nuclear por las potencias armadas", declaró Rousseff.
Por su parte, el director general del OIEA, Yukiya Amano, envió un mensaje desde Viena en el que resaltó que, pese a la gravedad del accidente de marzo en Fukushima (Japón), el uso de ese tipo de energía "continuará creciendo significativamente en las próximas décadas, porque aumentará la demanda".
El tsunami que asoló el noreste nipón el 11 de marzo provocó en esa planta de Fukushima el peor accidente nuclear en 25 años, que obligó a evacuar a más de 80.000 familias y mantiene el 80 por ciento de los reactores del archipiélago paralizados.
Amano precisó que mientras "unos pocos países han decidido reducir sus programas nucleares o terminarlos, muchos otros están llevando a cabo planes ambiciosos de expansión".
En ese sentido, dijo que la seguridad nuclear es responsabilidad de cada nación, aunque el OIEA desempeñará un papel central.
La reunión se celebró el mismo día que el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, cuyo programa nuclear preocupa a la comunidad internacional, hablará ante la ONU.
La Asamblea General del OIEA aprobó hoy en Viena un "plan de acción" para mejorar la seguridad nuclear en el mundo tras el accidente de Fukushima.
El programa del OIEA reforzará la supervisión de 440 centrales nucleares en el mundo, aunque no contiene medidas de obligado cumplimiento, como reclamaban algunos países. EFE
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