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viernes, 25 de marzo de 2011

Reactor de Huarangal más fuerte que el de Fukushima

Diario La Primera.- A medida que pasan los días y el accidente nuclear en el reactor de Fukushima, Japón, no llega a ser controlado, el pánico en el mundo crece por la posibilidad que la radiación fugue del casco contenedor y pueda alcanzar a todo el planeta, pues algunos especialistas meteorológicos han estimado que los vientos que se están registrando en las bahías niponas podrían llevar las partículas o isótopos radioactivos a puntos tan distantes de las tierras del sol naciente como nuestras costas.

Sin embargo, algunos científicos son más cautos y analíticos a la hora de hablar sobre lo que ocurre en Japón como consecuencia del terremoto de 8.6 grados en la escala Richter que sacudió este país asiático el pasado viernes 11, y estiman que el pico más alto de riesgo ya habría pasado esta semana, y que en los siguientes días el panorama podría ser tranquilizador para los nipones, y la humanidad entera.

Rolando Páucar Jáuregui es un científico e investigador en temas de energía nuclear, integrante del centro de Investigación para la energía y Desarrollo (Iedes). LA PRIMERA conversó con él para saber qué pasa en el reactor nuclear peruano de Huarangal, y qué está sucediendo en Fukushima, Japón.

El caso peruanoNuestro país cuenta desde finales de la década del 80 con un reactor nuclear, en la zona de Huarangal, Carabayllo, que está destinado a la investigación y al tratamiento de algunos medicamentos. En los últimos días se habló de la amenaza que este sitio representa no solo para las más de mil familias que están alrededor de este complejo, sino para la capital y el país.

Sin embargo, Páucar Jáuregui estima que nuestro reactor está mejor equipado que el de Fukushima, pues cuenta con una capacidad antisísmica mayor que el de Japón. En cuanto al personal, detalla que es un equipo de profesionales de primer nivel, del cual él formó parte.

“Yo soy del equipo que fundó el reactor. En esa época recibimos instrucción en Argentina. Conozco a fondo el funcionamiento del reactor de Huarangal y sé que cuenta con 15 informes de seguridad, lo que le da la garantía que todo está monitoreado constantemente”.

En cuanto a la experiencia del personal, Páucar explicó que los empleados de Huarangal realizan ejercicios constantes elevando la potencia del reactor del máximo y poniendo en práctica las técnicas para bajar este nivel. “Esto lo hacen al menos una vez por semana, es decir más de cincuenta veces al año. En cambio, en el reactor de Fukushima esto se hace solo una vez cada un año y medio. Por eso es que puedo asegurar que los trabajadores del reactor peruano están muy bien capacitados y entrenados”.

¿Qué pasa en Japón?Para el experto, las explosiones de los reactores de la planta de Fukushima, que desencadenaron los incendios, fueron estallidos químicos de hidrógeno acumulado, que generan un gran riesgo de dañar la vasija del reactor, hecho que en estos días sucedió, pero no en el nivel que se temía, pues la estructura aún es lo suficientemente estable para garantizar que detendrá cualquier emisión radioactiva.

Sin embargo, Páucar señala que si hubiera más explosiones cada una representa un riesgo de fisura y de fuga de isótopos radioactivos.

Si bien hasta la fecha ya se han dado reportes de niveles elevados de radiación en las zonas cercanas a Fukushima, e incluso han registrado isótopos que habrían fugado de este reactor en zonas tan lejanas como Estados Unidos, estos aún alcanzan niveles de radiación por debajo de rangos que puedan afectar la salud pública, pero sí representan índices superiores a lo normal.

Los 50 héroes
Sobre el trabajo del grupo de técnicos del reactor que han ingresado en zonas donde la radiación está casi a niveles de daño permanente a la salud, Páucar explica que la planta contaba con aproximadamente 800 trabajadores, y que ante la emergencia se redujo el personal al mínimo indispensable, quedando solo cincuenta, probablemente voluntarios, en vista del riesgo.

El investigador señala que estos trabajadores ya pueden ser considerados como héroes por el sacrificio que estarían asumiendo, aunque descarta que fallezcan en su labor. “Ellos están con ropa adecuada, con tanques de oxígeno y con mascarillas. Además trabajan en turnos para reducir a lo mínimo el período de exposición a la radiación”, explicó


Omar Olivares
Redacción

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