El Pasís.com.- Es el decano de la sostenibilidad ambiental, el creador del consumidor verde y el precursor de la responsabilidad social corporativa. Desde que recaudó fondos para el World Economic Forum, con 12 años, no ha parado. Recorre el planeta evangelizando sobre el desarrollo sostenible. Es consejero y asesor de empresas e instituciones, profesor invitado de escuelas de negocios de todo el mundo y una de las personas más influyentes y respetadas de la City. Acuñó el término triple bottom line para conjugar el bienestar de las personas con la sostenibilidad del planeta y los beneficios de las empresas. HSM lo trajo a España para participar en las jornadas de ExpoManagement, un auditorio de casi mil directivos.
Pregunta. Los recursos del mundo son finitos. ¿Hay que limitar su uso o quedaría limitado el crecimiento económico mundial?
Respuesta. Unos recursos están limitados en cantidad y otros en distribución, como, por ejemplo, metales raros que están muy concentrados en China y bajo la capa de hielo de Groenlandia. Pero no se debe limitar el crecimiento económico mundial, solo determinadas formas de crecimiento. De la misma forma que un jardinero recorta las malas hierbas, debemos hacer cambios.
P. ¿Cree que el actual modelo económico es sostenible?
R. Es insostenible y debe cambiarse. La huella de carbono de la economía estadounidense es insostenible, la eficiencia energética de India es tres veces menor que la de EE UU y la de China es nueve veces menos. Y hay países cuyas economías son copias literales de la estadounidense. Aun así, no creo que el cambio deba realizarse mediante órdenes y controles. Esta forma de afrontar el problema ha sido un desastre en sitios como la Unión Soviética.
El capitalismo funciona con un reloj muy acelerado, va a peor, y debemos tener mecanismos para prolongar esa escala de tiempo. Basten como ejemplo las operaciones comerciales de Wall Street. Un analista de éxito de Wall Street, que trabaja muy rápido en la mesa de intermediación, necesita retener información sobre una empresa durante solo 90 segundos. Una parte del sistema económico está drogado por una droga aceleradora. Esta velocidad podría funcionar eficazmente si las instituciones financieras y los Gobiernos pudieran seguir el ritmo, pero resulta dañina porque no pensamos con profundidad sobre el futuro. Cuestiones como las infraestructuras de carreteras, agua, sanitarias o redes eléctricas dependen del largo plazo.
P. ¿Será sostenible una población mundial de 9.000 millones de personas en 2050?
R. No lo es con el sistema actual y el cambio climático agravará la presión. Trabajo con empresas de seguros y están muy preocupados por las fuertes indemnizaciones que deben dar cada año por desastres naturales y los derivados del cambio climático. Veremos mayor severidad en las condiciones exigidas para la cobertura de los seguros. Estas empresas están entre los mayores inversores del mundo y cada vez invertirán más en empresas respetuosas con el medio ambiente. Los Gobiernos deben ser más responsables y transparentes, crear condiciones para que las empresas también lo sean y ayudar a construir las instituciones globales. La ONU está debilitada ante los problemas que afrontamos. Si pudiera reventar la ONU, lo haría si supiera que había otra institución global en germen.
P. ¿Hay que obligar a países como China e India a cumplir las normas globales sobre medio ambiente o seguridad sanitaria?
R. Sí, y no es fácil hacerlo. Ante la pasividad de los Gobiernos, las empresas están asumiendo el papel de reguladores privados. Wall-Mart está imponiendo medidas medioambientales a sus proveedores, por ejemplo. La Unión Europea debería imponer unos requisitos para productos importados que redujeran la huella de carbono en cinco o siete años.
Las consecuencias para los exportadores chinos y sus suministradores serían muy duras y nada fácil de regular dada la corrupción del Estado y del Ejército chinos, pero hay que ir en esa dirección. Es complicado porque Europa exporta una parte de su huella de carbono a países asiáticos, y si ponemos barreras comerciales a productos chinos, producirá un resentimiento en ese país.
P. ¿Cree que serían competitivos estos países si se les obligara a cumplir con esa legislación?
R. Cuando China sufra los problemas medioambientales, es probable que innove en tecnologías verdes y llegue a ser un competidor en ese campo. Deberemos potenciarles la creación de estas tecnologías limpias. Entonces, saldrán a comprar empresas occidentales para afrontarlo.
P. ¿Cuáles son los países más sostenibles?
R. Siempre lo han sido Suiza, Dinamarca o Suecia. La sostenibilidad de estas economías regionales irá con la globalización. Si imponemos políticas proteccionistas, estos países sufrirán porque son exportadores. China es muy iracunda y no debe haber una guerra comercial con el país porque podría enrocarse para importar en su zona doméstica.
P. ¿Se implantan las energías alternativas al ritmo necesario para sustituir a los combustibles fósiles?
R. No se están implantando con la rapidez necesaria y en muchos casos llegarán tarde. El cambio climático será tan fuerte que obligará a Londres a levantar sus barreras físicas contra las mareas en 30 o 40 años para no inundarse. Zonas en las que viven más de 160 millones de personas se quedarán bajo el agua, habrá grandes migraciones.
P. Angela Merkel ha anunciado el cierre de las nucleares.
R. Las tecnologías limpias tienen un desarrollo muy lento. Están en estadio experimental, la fotovoltaica es mucho más cara que el carbón y no será más barata hasta dentro de 20 años. La energía nuclear es importante y hemos evaluado mal el riesgo de los reactores, pero creo que Alemania va demasiado lejos y rápido en el cierre de las centrales. Deben cerrarse los reactores antiguos e invertir en los de nueva generación. Lamentablemente, la energía nuclear es esencial para nuestra seguridad energética a largo plazo.
P. ¿Es rentable para una empresa ser sostenible?
R. Es esencial para sobrevivir. La mayoría de las empresas no son sostenibles y están atrapadas en modelos antiguos, deben entender hacia dónde vamos y tener una estrategia. Las empresas quieren ser más transparentes. Unilever, por ejemplo, exigirá que todos sus suministros sean sostenibles en 2020. Las del automóvil y de servicios básicos son las que se toman más en serio la sostenibilidad.
Debemos borrar parte de la economía existente para hacer una nueva, realizar una reconstrucción muy profunda. Son necesarios innovadores como los creadores de Google, Microsoft o Apple, gente que empezó de cero con muy poco dinero e ideas asombrosas. No veo un gran movimiento de ejecutivos emprendedores y Europa lo necesita para competir con los líderes del mundo.
Esperar a que las protestas de los jóvenes ejerzan la única presión sobre los Gobiernos es muy cómodo, y si seguimos así corremos el riesgo de que los jóvenes pierdan la fe en el sistema capitalista. Hay un peligro muy real de que la indignación se incendie de forma incontrolable. Sin embargo, muchas de las empresas más innovadoras, como Apple, vienen de movimientos de jóvenes inconformistas. -
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