A 20 AÑOS DEL ACUERDO SUSCRITO ENTRE BRASIL Y ARGENTINA
Rolando Páucar Jáuregui Físico Nuclear
Diario El Peruano.- El 18 de julio se cumplieron 20 años de la firma del Acuerdo entre la República Argentina y la República Federativa del Brasil para el Uso Exclusivamente Pacífico de la Energía Nuclear.
Ambas partes establecieron la Agencia Brasileña-Argentina para la Contabilidad y el Control de Materiales Nucleares (ABACC) con personería legal para llevar adelante el objetivo del acuerdo.
El programa de utilización de la energía nuclear de Brasil y Argentina se inició en la década de 1970, como consecuencia de una estrategia de los gobiernos militares que buscaba una mayor seguridad energética luego del shock petrolero de 1973.
Inicialmente, el pacto tenía connotaciones más defensivas y de afán de hegemonía geopolítica en la región. Esa situación creó desconfianza en los países vecinos.
En la década de 1980, la escala de los programas de energía nuclear siguieron una fase espiral de acción-reacción ''arte de superar a competidores'', característico en competencias de armamento en el tiempo que sugirió la posibilidad de una carrera armamentista nuclear latente entre Brasil y Argentina.
Recordemos que la posible desviación de los recursos de energía nuclear para una capacidad de armas tiene mucho que ver con la satisfacción del orgullo nacional y el prestigio internacional.
Gracias al ABACC, ambos países se comprometieron a hacer uso del material nuclear e instalaciones bajo sus jurisdicciones o control exclusivamente con fines pacíficos. Asimismo, este mecanismo de integración disminuyó la hipótesis de conflicto entre estos países y permitió posteriormente crear una plataforma tecnológica conjunta con la cual ahora llevan a cabo nuevos desarrollos nucleares.
En la actualidad, los países de la región muestran interés en aplicar la energía nuclear en diferentes desarrollos y las proyecciones hablan incluso de nuevas instalaciones nucleares en la región.
En este marco, la mejor manera de consolidar su desarrollo es a partir de acuerdos y de la implementación de una institucionalidad conjunta y sostenida que asegure un desarrollo armónico y equilibrado.
Ahora ya existen condiciones para pensar en una gradual integración energética nuclear sudamerican
a.
Ésta favorecería el tratamiento de los problemas relacionados con la seguridad y defensa regional, debido a que la formación de un bloque regional nuclear permitirá a los Estados potenciar sus capacidades de desarrollo tecnológico, económico, social y político.
Así, los países de la subregión podrían participar en el sistema internacional defendiendo sus propios intereses y asegurando el abastecimiento de energía.
Una efectiva integración a partir del desarrollo energético nuclear necesitará no solo de una colaboración técnica y científica conjunta, sino también de acuerdos entre países que aseguren que la implementación de la nucleoelectricidad sea solo con fines pacíficos. Esto pese a que los países han suscrito el tratado de Tatlelolco.
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