Rolando Páucar Jáuregui
Físico Nuclear
Diario El Comercio.- (Vida & Futuro) Un sector de profesionales relacionados con la ciencia viene reclamando un Ministerio de Ciencia de Tecnología, a decir de ellos la presencia de una institucionalidad forzará al Gobierno en el marco de sus políticas de Estado, tenerla presente. Soy de la opinión que el problema que afronta la C y T nacional va más allá del ladrillo, algo que al parecer muchos no quieren ver.
Un ministerio en un país sin un modelo productivo que fomente las ciencias e innovación, sin presupuesto, sin recursos humanos, sin gestores y desligado del área productiva nacional hacia dónde podría llevarnos. Seamos realistas, en la actualidad lo que sostiene al país es la extracción de recursos naturales no renovables y su exportación como materias primas poco elaboradas, si seguimos en ese rumbo por qué el Estado invertiría en un Ministerio.
Vayamos paso a paso. Todos sabemos que la calidad educativa a nivel inicial, escolar y universitaria del país es deficiente, ni que decir de la educación técnica que no cuenta con presupuesto. Entonces empecemos formando recursos humanos capaces de respaldar las iniciativas destinadas a desarrollar la ciencia, tecnología e innovación nacional. Un paso importante en el objetivo de formar masa critica de científicos y técnicos es creando un Vice Ministerio de Ciencia. Un Ministerio de Educación y Ciencia sería una respuesta política y técnica coherente a las necesidades actuales del país. Necesitamos multiplicar el número de profesionales del más alto nivel, doctores y formar mejores técnicos. Sin educación de calidad cualquier iniciativa estaría destinada al fracaso.
Pero estos avances que se darían paulatinamente en el tema educativo deben ir ligados al área productiva nacional. En los últimos años las CITES han cumplido un rol importantísimo, articulando el trabajo del Estado, la academia y las empresa con el resto de elementos del Sistema de Innovación de la cadena productiva. Por lo que no sería mala idea darles un rango de vice ministerio de innovación tecnológica, dentro del Ministerio de Producción. De esta manera la investigación y desarrollo estarían no sólo ligados a áreas de interés nacional sino que también la articulación Estado y empresa en un nuevo Ministerio de Producción e Innovación Tecnológica trabajaría en el mejoramiento de la infraestructura para la investigación y Desarrollo, como por ejemplo creando Parques Científicos Tecnológicos en todas las regiones del país.
Finalmente se requiere un CONCYTEC fortalecido, generador de políticas públicas en Ciencia y tecnología, administrador de los fondos dispersos y fiscalizando el cumplimiento de las metas del Plan Nacional de ciencia y tecnología e innovación en el país. El lugar mas adecuado para su funcionamiento no sería otro que el ministerio de Economía. La Ciencia y Tecnología requiere saltar de un presupuesto del 0.15 al 1% del PBI, cómo hacerlo sin el apoyo de este importante ministerio.
Cuando tuve la oportunidad de estudiar seguridad hemisférica en el Colegio Interamericano de Defensa en Washington DC, uno de los temas más estudiados es el referente a la respuesta a las nuevas amenazas que deben enfrentar los países, amenazas que por cierto no están relacionadas a guerras, sino a aquellas que tienen que ver con el cambio climático, desastres naturales, escasez de agua, inseguridad energética, enfermedades, entre otras. Esto lo traigo a colación toda vez que si debemos destinar nuestros esfuerzos a áreas específicas de investigación éstas deberían incidir en tales amenazas y ser desarrolladas en conjunto por los institutos de ciencia y tecnología de los diferentes ministerios así como de los Institutos científicos y tecnológicos de las fuerzas armadas.
Señores no basta pedir más presupuesto para la ciencia si no hay un cambio de rumbo; no basta pedir un Ministerio de ciencia y tecnología si no sabemos para qué. El problema de la C Y T no sólo es de dinero, sí de definiciones estratégicas como país que requieren el trabajo y el compromiso de toda la comunidad científica pero también de todos los peruanos. Empecemos a ascender escalón por escalón hacia una nueva institucionalidad, no intentemos jalar la carreta sin caballos y menos empujar la carreta hacia el despeñadero.
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