Las grandes oportunidades y los serios problemas de desarrollo que tiene nuestro país en la actualidad exigen un debate sereno y razonado acerca de las opciones que tenemos para el futuro. No obstante, hemos estado acostumbrados a un clima de crispación, en el cual las discusiones sobre estrategias y políticas públicas se han devaluado y campean las descalificaciones, distorsiones y ofensas solapadas.
Si algún debate sobre políticas públicas debería caracterizarse por la sobriedad y el respeto, es aquel que trata sobre ciencia, tecnología e innovación, de tal manera que se aproxime, al menos en principio, a los ideales que rigen la actividad científica.
Pese a esto, durante los últimos meses hemos visto que algunas opiniones y planteamientos sobre lo que el gobierno debe hacer en este campo se apartan de lo que debiera ser un debate alturado. Para dar un ejemplo reciente, cito las declaraciones de Modesto Montoya en la Revista IDEELE del mes de noviembre del 2011 sobre la posible creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, en las cuales fustiga a quienes no están de acuerdo con su punto de vista.1 Refiriéndose al trabajo de la Comisión Consultiva establecida por Decreto Supremo, que presentará sus conclusiones sobre como reorganizar las instituciones públicas de ciencia, tecnología e innovación en enero del 2012, Montoya dice que:
“Se está demorando la aprobación del ministerio porque hay estas posiciones que crean dudas. Estas dudas las traen los no científicos que se dedican a las consultorías como Sagasti y Villarán, que no conocen nuestras necesidades. Sagasti plantea lo mismo que los chilenos: un comité interministerial. El científico Carlos Bustamante señala que los chilenos están hartos de ese comité y por eso piden un ministerio. El ministerio anunciado está en peligro porque Salomón Lerner es ingeniero industrial de la UNI y ha sido dirigente estudiantil de la misma generación de Sagasti y Villarán; por eso los ha llamado a ellos. Yo estoy en campaña con los científicos en actividad. Hoy día los que más ganan en el campo científico son los consultores.”
Examinemos en detalle estas aseveraciones. Las “dudas” no las crean personas en particular. Los informes de la OCDE y UNCTAD que revisan las políticas de innovación, ciencia y tecnología en el Perú, preparados en 2011 por destacados expertos internacionales, consideran que la creación de un ministerio es prematura y no sería la mejor solución en la actualidad. Los “no científicos” que “no conocen nuestras necesidades” a que se refiere Montoya tienen decenios de experiencia en campos relacionados a la ciencia, tecnología e innovación en el Perú y el extranjero, así como decenas de artículos académicos y libros sobre estos temas.
Montoya cita una entrevista con el Dr. Carlos Bustamante diciendo que los chilenos están “hartos de ese comité y por eso piden un ministerio”. No es eso lo que dice el Dr. Bustamante, quien como científico serio no se expresa de esa manera.2 Mis conversaciones con investigadores, funcionarios y empresarios chilenos durante los últimos años no indican que estén “hartos” y que “pidan un ministerio”, sino que desean superar las limitaciones de la estructura institucional actual para ciencia y tecnología, sin que esto lleve necesariamente a la creación de un ministerio de ciencia y tecnología.
La idea de que el Presidente del Consejo de Ministros hubiera llamado a dos miembros de la Comisión Consultiva porque son ingenieros industriales y él ha sido “dirigente estudiantil de la misma generación” no es sólo incorrecta sino ofensiva.
Los miembros de la Comisión fueron identificados por la Ministra de Educación luego de amplias consultas, y no porque algunos de ellos fueran dirigentes estudiantiles en la misma época que el Primer Ministro. La noción de que “los que más ganan en el campo científico son los consultores” es desconcertante.
Prominentes científicos peruanos y extranjeros son consultores de alto nivel, remunerados de acuerdo a sus conocimientos y experiencia. La especialización y el prestigio de investigadores, estudiosos e intelectuales de larga trayectoria es reconocida y retribuida en todas partes, en contraste con lo que sucede con profesionales improvisados y mediocres. Además, no sólo “los científicos en actividad” están en campaña para crear y consolidar capacidades en ciencia, tecnología e innovación: tenemos muchos empresarios, funcionarios públicos y expertos en política científica y tecnológica apoyando esta causa.
Modesto Montoya ha sido uno de los principales promotores y divulgadores de la ciencia y la tecnología en el Perú, y merece nuestro apoyo y reconocimiento por su meritoria labor. Sin embargo, su entusiasmo lo lleva a declaraciones y planteamientos que no hacen honor a sus objetivos y experiencia. Esperemos que recapacite para elevar el nivel del debate sobre estos temas.
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