Andrew G. Cohen y el Nobel Sheldon L. Glashow muestran que esas partículas no han podido viajar más rápido que la luz
El País.com.- Tras la presentación, hace unos días, de los sorprendentes resultados del experimento Opera, según los cuales los neutrinos viajan más rápido que la luz, los físicos de partículas se han aplicado rápidamente a estudiar esa supuesta velocidad superlumínica y ya se han presentado más de 20 artículos científicos sobre el asunto.
En uno de estos trabajos, Andrew G. Cohen y Sheldon L. Glashow (Premio Nobel de Física y una de las grandes autoridades en partículas elementales), ambos de la Universidad de Boston (EE UU), afirman que si estas partículas superasen la velocidad de la luz, los datos registrados en el detector Opera serían bien distintos de lo que sus responsables han anunciado. Dicho de manera muy sencilla, el análisis de estos dos físicos indica que unos neutrinos superlumínicos perderían energía muy rápidamente y el Opera habría detectado solo los de energía inferior a un cierto límite, mientras que en los resultados que se han presentado hay neutrinos por encima de ese límite. "Por lo tanto, refutamos la interpretación superlumínica de los resultados de Opera", escriben Cohen y Glashow en su análisis, titulado Nuevas restricciones a las velocidades del neutrino.
Los datos del experimento, que han dado la vuelta al mundo por las implicaciones que tendrían si fueran ciertos, indican que los neutrinos que se lanzan desde un acelerador del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra, recorren 730 kilómetros hasta llegar al Ópera (en el laboratorio de Gran Sasso, bajo los Apeninos) a una velocidad superior a la de la luz. El revuelo provocado por el anuncio de estos datos se debe a que, según la teoría de la Relatividad Especial de Einstein, de 1905, nada puede ser más rápido que la luz.
Los científicos de Opera fueron prudentes el pasado día 23 al presentar su trabajo en el CERN y se ciñeron a sus resultados, afirmando que habían detectado una velocidad superlumínica de los neutrinos. Pero la opinión general entre los especialistas ha sido, desde el primer momento, que algo falla en dicho experimento. Además, como siempre en ciencia, hay que reproducir el ensayo y obtener los mismos resultados en otra instalación diferente para darlos por buenos. Un experimento en Japón y otro en Estados Unidos, al menos, tienen capacidad de hacerlo.
Cohen y Glashow también recomiendan reproducir el experimento en otro sitio, pero ahora, en su análisis, sustentado en investigaciones anteriores de Sidney R. Coleman y el propio Glasgow, no se refieren a las medición de tiempos y distancias u otros parámetros técnicos del trabajo realizado en el Opera que pudieran inducir falsos resultados sobre la velocidad de los neutrinos, sino, como físicos teóricos que son, se basan en puras leyes de la física bien establecidas y contrastadas.
Su argumento parte del hecho de que una partícula no puede desintegrarse en sí misma más otras partículas, porque el resultado de la desintegración sería más masivo, o de mayor energía, que la partícula original. Sin embargo, si los neutrinos fueran superlumínicos, se podrían desintegrar en otras partículas, incluidos esos mismos neutrinos con una energía inferior.
Esto sucedería exclusivamente a los neutrinos con una energía superior a un determinado umbral: se desintegrarían en el camino desde el CERN y no llegarían a Gran Sasso. En Opera, por el contrario, se han detectado neutrinos de energía alta y baja, es decir, que los primeros no se han desintegrado.
La idea es que si uno viaja a tanta energía se frena porque va irradiando y se queda en la energía más baja. Esto implica, según Cohen y Glashow, que la interpretación superlumínica de los datos de Opera es inconsistente, sin necesidad de acudir a más observaciones que las del propio experimento Opera.
Dichos autores han dado a conocer su artículo (igual que los científicos de Opera) en el sitio de Internet donde suelen hacerlo los físicos antes de que su trabajo pase por el proceso de revisión entre pares obligado para su publicación en las revistas científicas. Pero este procedimiento de adelantar los trabajos en internet agiliza el escrutinio entre colegas de los resultados. El error en el análisis de los datos Opera, si lo hay, está por descubrir.
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