ENTREVISTA: MARIA VAN DER HOEVEN Directora ejecutiva de la Agencia Internacional de la Energía (AIE)
El pais.com.- La holandesa Maria van der Hoeven, exministra de Economía, acaba de asumir la dirección ejecutiva de la Agencia Internacional de la Energía, con sede en París, este mes de septiembre. Van der Hoeven toma así el relevo del japonés Nobuo Tanaka, y lo hace en un momento delicado, con altos precios del petróleo y con la economía europea y estadounidense al borde de la recesión. Dice que en sus cuatro años de mandato quiere obtener "objetivos tangibles" y avanzar hacia una mayor seguridad energética.
Pregunta. Usted se ha fijado como prioridades trabajar por la seguridad energética, el medio ambiente y el crecimiento económico. ¿Cómo piensa hacerlo?
Respuesta. Es muy importante que miremos la seguridad energética desde un punto de vista global. Aunque la AIE nació como una organización de países industrializados, establecidos y democráticos, ahora vemos que el verdadero crecimiento económico está en otros países y zonas del mundo como China, India, Rusia, Sudamérica e Indonesia. Además, sigue habiendo muchas personas en el mundo sin acceso a la energía, y estos viven en países emergentes. Si sube la demanda energética y no hacemos nada respecto al suministro, no solo de la energía fósil tradicional, sino también de la renovable, entonces el problema es de todos. Y, por supuesto, necesitamos un enfoque global para luchar contra el cambio climático.
P. Dice que hay que trabajar a escala global. ¿Cómo se hace eso?
R. En 2009 presidí la reunión ministerial de la AIE y entonces se invitó a Rusia, China e India. Están de nuevo invitados a la de finales de octubre, y se suman Sudáfrica, Indonesia, Chile, Brasil y México. Con los 28 países miembros suman el 75% de la demanda energética mundial.
P. ¿Cree que los altos precios del petróleo están contribuyendo a empeorar la crisis económica?
R. Desde principios de año, la AIE ha dicho que los precios del petróleo amenazaban la frágil recuperación económica. Son uno, entre muchos, de los factores que contribuyen al debilitamiento de las perspectivas de crecimiento. Eso es lo que dijimos a principios de año, y ahora los precios son todavía más altos.
P. A raíz de la catástrofe de Fukushima en Japón, países como Alemania, Suiza e Italia han anunciado su intención de renunciar a la energía nuclear. En España hay también debate. ¿Qué le parece?
R. Miremos en el caso de Alemania: ahora importan de Francia, que es nuclear; de Polonia, que es carbón; de Holanda, que es carbón y gas. Sus alternativas son la nuclear, es decir, lo mismo, o más sucias, como el carbón. Al mismo tiempo, esto tiene efectos en los precios a nivel europeo. Lo que quiero decir es que si hay países que deciden salirse de la nuclear, tendrán que responder a la pregunta de cómo garantizar que haya energía suficiente disponible. Ahora hablamos de Alemania, pero ¿qué pasará cuando hablemos de muchos más países? No podemos caminar hacia una energía verde sin la nuclear.
P. Ha hablado de la necesidad de seguir desarrollando las renovables. ¿En qué punto estamos? ¿Están avanzando realmente?
R. La pregunta es cómo mantener el impulso que nos permita pasar de la fase inicial a la de una energía renovable más rentable. Y la tercera fase será cuando esté dirigida por el mercado, pero para eso todavía hay que esperar unos años.
P. En Estados Unidos, el presidente Barack Obama ya ha renunciado a su programa para potenciar las renovables...
R. Lo que ocurre en Estados Unidos es que se han encontrado ahora con unas enormes cantidades de shale gas (un tipo de gas natural) disponible. Esto les permite una diversificación de su energía y aumenta su seguridad e independencia energética. Y de esto es de lo que se trata.
P. Justamente se habla mucho ahora del gas no convencional como el shale gas. De forma más general, la AIE acaba de publicar un informe sobre la edad dorada del gas. ¿Se trata de un nuevo El Dorado? ¿Es una alternativa al petróleo?
R. No es una alternativa, es parte de la diversificación. El gas es muy importante por dos motivos: primero, es la energía fósil más limpia que tenemos, así que nos ayudará a lograr disminuir las emisiones de CO2 en el futuro. Luego, hay mucho gas, y está repartido en todas las partes del mundo, no solo en algunas. Pero cuando hablamos de shale gas tenemos que tener en mente también las cuestiones medioambientales, aunque según los expertos de la AIE parece que el impacto medioambiental no es mucho mayor que en el caso del gas tradicional.
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