Rolando Paucar Jáuregui* * Físico Nuclear / Presidente del Instituto de Investigación para la energía y el Desarrollo (IEDES).
Diario La Primera.- Hoy somos respetados por nuestros logros económicos en democracia. Pero aún estamos lejos de ser considerados un país justo, próspero y competitivo. Debemos seguir reduciendo la pobreza, las desigualdades, superar las exclusiones, mejorar la Educación y salud y apostar por la ciencia, tecnología e innovación. En resumen, debemos de una vez por todas dar un verdadero salto al desarrollo.
Los gurúes de la economía mundial han declarado que la ciencia y tecnología es un requisito para pasar la valla hacia una nueva etapa en el desarrollo. Necesitamos realizar más investigación científica tecnológica, invertir en infraestructura tecnológica y en la formación de recursos humanos altamente calificados. Todo esto lo lograremos con voluntad política. Sin embargo, los únicos que al aparecer no la tienen clara son nuestros políticos, un claro ejemplo es el Dr. Alan García quien piensa que la inversión en ciencia y tecnología se limita a la compra de tecnología.
El Acuerdo Nacional expone en su vigésima política el desarrollo de la ciencia y tecnología. Ambos candidatos a la presidencia han suscrito este documento lo que alimenta la esperanza que la ciencia y tecnología en el país podría estar en la agenda de trabajo del próximo presidente del Perú.
No obstante sea quien fuere el candidato ganador es preciso que tenga claro las prioridades a seguir en este tema. En este caso la propuesta de creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología no es la solución más oportuna en este momento. Las prioridades deben centrarse en conseguir un incremento en el presupuesto para CYT, generar un proyecto de incentivos tributarios para quienes apuesten por la CYT, promover el diseño de políticas públicas en CYT coherentes con nuestra realidad, entre otros asuntos de más relevancia que un Ministerio.
Otro asunto es el sistema nacional de Ciencia Tecnología e Innovación Tecnológica del Perú que enfrenta múltiples deficiencias de articulación y financiamiento, que hacen necesarias soluciones nuevas y creativas. Los diferentes institutos públicos, universidades, empresas, organismos regionales se encuentran realizando investigación de manera desarticulada entre sí. Es así que se hace necesario una política pública en este campo dadas las externalidades, los potenciales problemas de coordinación y otras fallas identificadas hace ya mucho por los expertos.
Conformar un Consejo de Innovación para la Competitividad, de composición público-privada, que asesore al Presidente en las políticas relacionadas con la ciencia, la formación de recursos humanos especializados y el desarrollo, transferencia y difusión de tecnología. El Consejo constituirá una instancia de coordinación y evaluación sistemática de las instituciones y de las políticas públicas de innovación para la competitividad.
Precisamos desarrollar iniciativas que permitan al país disponer de las capacidades humanas, técnicas e institucionales necesarias para emprender acciones de gran alcance en el ámbito de la innovación. Realizar una gran inversión en la formación de recursos humanos, enfatizando la expansión de la formación de postgrado para científicos e ingenieros, tanto en el Perú como en el exterior. Nuestra meta debería ser cuadriplicar en los próximos cinco años el número de científicos e ingenieros peruanos que obtienen postgrados en el exterior y que luego puedan ser insertados en las empresas. Pero también formar a futuros técnicos.
El nuevo gobierno tiene como desafío poner en marcha esta nueva institucionalidad y diseñar una política de ciencia, tecnología e innovación que genere un régimen institucional con incentivos económicos claros, coherentes y estables, un capital humano de calidad y una fuerte capacidad de innovación, orientada a desarrollar encadenamientos productivos en torno a las ventajas comparativas de nuestro país. No se trata de hacer pequeños cambios. Se trata de crear una Nueva Política de Desarrollo. La mayoría de científicos y técnicos estamos dispuestos a seguir trabajando por el Perú.
Los gurúes de la economía mundial han declarado que la ciencia y tecnología es un requisito para pasar la valla hacia una nueva etapa en el desarrollo. Necesitamos realizar más investigación científica tecnológica, invertir en infraestructura tecnológica y en la formación de recursos humanos altamente calificados. Todo esto lo lograremos con voluntad política. Sin embargo, los únicos que al aparecer no la tienen clara son nuestros políticos, un claro ejemplo es el Dr. Alan García quien piensa que la inversión en ciencia y tecnología se limita a la compra de tecnología.
El Acuerdo Nacional expone en su vigésima política el desarrollo de la ciencia y tecnología. Ambos candidatos a la presidencia han suscrito este documento lo que alimenta la esperanza que la ciencia y tecnología en el país podría estar en la agenda de trabajo del próximo presidente del Perú.
No obstante sea quien fuere el candidato ganador es preciso que tenga claro las prioridades a seguir en este tema. En este caso la propuesta de creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología no es la solución más oportuna en este momento. Las prioridades deben centrarse en conseguir un incremento en el presupuesto para CYT, generar un proyecto de incentivos tributarios para quienes apuesten por la CYT, promover el diseño de políticas públicas en CYT coherentes con nuestra realidad, entre otros asuntos de más relevancia que un Ministerio.
Otro asunto es el sistema nacional de Ciencia Tecnología e Innovación Tecnológica del Perú que enfrenta múltiples deficiencias de articulación y financiamiento, que hacen necesarias soluciones nuevas y creativas. Los diferentes institutos públicos, universidades, empresas, organismos regionales se encuentran realizando investigación de manera desarticulada entre sí. Es así que se hace necesario una política pública en este campo dadas las externalidades, los potenciales problemas de coordinación y otras fallas identificadas hace ya mucho por los expertos.
Conformar un Consejo de Innovación para la Competitividad, de composición público-privada, que asesore al Presidente en las políticas relacionadas con la ciencia, la formación de recursos humanos especializados y el desarrollo, transferencia y difusión de tecnología. El Consejo constituirá una instancia de coordinación y evaluación sistemática de las instituciones y de las políticas públicas de innovación para la competitividad.
Precisamos desarrollar iniciativas que permitan al país disponer de las capacidades humanas, técnicas e institucionales necesarias para emprender acciones de gran alcance en el ámbito de la innovación. Realizar una gran inversión en la formación de recursos humanos, enfatizando la expansión de la formación de postgrado para científicos e ingenieros, tanto en el Perú como en el exterior. Nuestra meta debería ser cuadriplicar en los próximos cinco años el número de científicos e ingenieros peruanos que obtienen postgrados en el exterior y que luego puedan ser insertados en las empresas. Pero también formar a futuros técnicos.
El nuevo gobierno tiene como desafío poner en marcha esta nueva institucionalidad y diseñar una política de ciencia, tecnología e innovación que genere un régimen institucional con incentivos económicos claros, coherentes y estables, un capital humano de calidad y una fuerte capacidad de innovación, orientada a desarrollar encadenamientos productivos en torno a las ventajas comparativas de nuestro país. No se trata de hacer pequeños cambios. Se trata de crear una Nueva Política de Desarrollo. La mayoría de científicos y técnicos estamos dispuestos a seguir trabajando por el Perú.
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