Diario La Primera.- Los vientos de cambio en el ámbito científico- tecnológico parecen estar muy
cerca y el momento actual es propicio para que se dé este impulso. El actual
gobierno viene dando pasos interesantes que ningún otro gobierno se atrevió a
dar en ese aspecto. Ahora que está en debate la institucionalidad de la ciencia
y tecnología en el Perú,
sugiero hacernos una pregunta que salta a la vista ante la tercera opción que
entregó la Comisión Consultiva sobre Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación.
¿Un Ministerio de CyT por si solo es una solución?, pues creo que no, de nada
servirá crearlo, si es que luego no se elabora una política científica y
tecnológica con recursos e instrumentos adecuados. De allí salen muchas
preguntas que no tienen respuestas hasta el día de hoy por parte de los técnicos
que defienden esta tercera opción. ¿Con qué atribuciones nace el nuevo
ministerio? ¿Es posible que surjan líos de competencias entre las oficinas de
los ministerios implicados? ¿Cómo se piensa hacer para lograr que Perú,
por fin, ingrese a la modernidad?, ¿cómo se piensa lograr una mayor coordinación
interministerial en todo lo que se refiere a investigación, inversión e
infraestructura para ciencia y tecnología e innovación, acaso la sola presencia
del ministro en el Consejo de Ministros será suficiente?
Por supuesto, quedan pendientes otros aspectos de cómo incrementar el número de científicos, el presupuesto, el asunto de la infraestructura y para no caer pesados ¿cómo evitar que un nuevo ministerio se convierta en una estadística más de la burocracia nacional?
Se puede prescindir de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, de lo que no podemos prescindir es de presupuesto y políticas públicas en esa materia. Actuemos de manera proactiva y analicemos con serenidad los pasos a dar y no desaprovechemos esta gran oportunidad.
Necesitamos que el Ministerio de Educación asuma el reto de formar a un ejército de científicos y especialistas del más alto nivel capaces de hacer frente a los futuros retos. Necesitamos aplicar una reingeniería al CONCYTEC que podría significar la creación de una Secretaria de CYT adjunto a la PCM que haga posible el cumplimiento del plan nacional de CYT y finalmente una institución que articule, no fusione, las instituciones de investigación del Estado en un Centro Nacional de Investigación.
Es prioritario multiplicar el número de profesionales del más alto nivel, doctores y especialistas y técnicos calificados. Sin Educación de calidad cualquier iniciativa estaría destinada al fracaso. Empecemos formando recursos humanos capaces de respaldar las iniciativas destinadas a desarrollar la ciencia, tecnología e innovación.
Por supuesto, quedan pendientes otros aspectos de cómo incrementar el número de científicos, el presupuesto, el asunto de la infraestructura y para no caer pesados ¿cómo evitar que un nuevo ministerio se convierta en una estadística más de la burocracia nacional?
Se puede prescindir de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, de lo que no podemos prescindir es de presupuesto y políticas públicas en esa materia. Actuemos de manera proactiva y analicemos con serenidad los pasos a dar y no desaprovechemos esta gran oportunidad.
Necesitamos que el Ministerio de Educación asuma el reto de formar a un ejército de científicos y especialistas del más alto nivel capaces de hacer frente a los futuros retos. Necesitamos aplicar una reingeniería al CONCYTEC que podría significar la creación de una Secretaria de CYT adjunto a la PCM que haga posible el cumplimiento del plan nacional de CYT y finalmente una institución que articule, no fusione, las instituciones de investigación del Estado en un Centro Nacional de Investigación.
Es prioritario multiplicar el número de profesionales del más alto nivel, doctores y especialistas y técnicos calificados. Sin Educación de calidad cualquier iniciativa estaría destinada al fracaso. Empecemos formando recursos humanos capaces de respaldar las iniciativas destinadas a desarrollar la ciencia, tecnología e innovación.
Hay una ciencia social, llamada política, cuyo objeto de estudio es el poder, la cual es necesario dominar, para poder desplegar la parte protagonista y decisoria, que la ciencia, la tecnología y la innovación, deben tener, no solo desde el estado sino de la misma sociedad no estatal. Por otra parte, pero convergertemente con la idea de atender CTI, es tener claro que la creación y gestión del conocimiento y capacidades, se da tanto en lo acadèmico como en la cotidiana sociedad.
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