HACE FALTA CONTROL DE CALIDAD
Rolando Páucar Jáuregui Físico nuclear
Diario El Peruano.- Al conmemorarse el 116° aniversario del descubrimiento de los rayos X, se hace necesaria una reflexión sobre lo que significó este descubrimiento para la historia de la medicina en el mundo. El 8 de noviembre de 1895, el físico Wilhelm Röntgen obtenía las primeras imágenes de rayos X, un avance notable en la ciencia.
Diario El Peruano.- Al conmemorarse el 116° aniversario del descubrimiento de los rayos X, se hace necesaria una reflexión sobre lo que significó este descubrimiento para la historia de la medicina en el mundo. El 8 de noviembre de 1895, el físico Wilhelm Röntgen obtenía las primeras imágenes de rayos X, un avance notable en la ciencia.
Ahora, en los últimos años, con el incremento del uso de equipos emisores de radiaciones ionizantes, así como de modernas técnicas que aplican radiaciones para el tratamiento y diagnóstico de enfermedades, las autoridades se han visto en la necesidad de otorgar mayor importancia a aspectos de seguridad radiológica hospitalaria.
El Perú carece actualmente de normas específicas. Un claro ejemplo se observa en lo sucedido con el traslado de un tomógrafo de Abancay a Piura, debido a la falta de una adecuada infraestructura para ser instalado; cabe mencionar que un recinto de este tipo requiere de un blindaje especial.
Hace diez años estoy solicitando una normativa específica en radiodiagnóstico y medicina nuclear; sin embargo, he encontrado trabas en el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN). Existe desinformación, pues no se cuenta con los parámetros físicos que deben emplearse para proteger a los pacientes y trabajadores expuestos a estas radiaciones.
Para especialidades, como radiodiagnóstico y medicina nuclear, solo contamos con un reglamento de seguridad radiológica y una Ley N° 28028, que no son suficientes. Tanto radiodiagnóstico como medicina nuclear son especialidades en las que es preciso tener muy en claro el tipo de infraestructura, los recursos humanos, los parámetros mínimos aceptados para su normal funcionamiento.
Por citar un ejemplo, en el país, los cálculos de blindajes para las paredes y techo de una instalación para tomógrafos lo están haciendo obreros sin ningún conocimiento en protección radiológica y a vista y paciencia del IPEN.
En los últimos años, la mayoría de instituciones está renovando equipamiento y esto incluye equipos emisores de radiaciones, lo cual me parece una magnífica decisión. No obstante, esto representa mayor responsabilidad a la hora de cumplir con los criterios de seguridad radiológica, ya que si bien estos equipos mejoran los resultados, emiten en la mayoría de los casos radiación superior a la que podría generarse con equipos antiguos.
En este panorama, el tema de la capacitación de los profesionales involucrados en la práctica con radiaciones ionizantes debe ser continuo y no circunscribirse a la obtención de la licencia individual que el IPEN emite.
En lo que respecta a la evaluación de los equipos, estos deben someterse anualmente a pruebas de control de calidad; un adecuado programa no solo logra optimizar las imágenes radiológicas, sino también reducir el costo de operación, ampliar la vida útil de los equipos y proteger al personal, pacientes y público. Es tiempo de que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto.
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