VIENA (Reuters) - La energía nuclear es más segura que hace un año, cuando un terremoto y un tsunami que dejaron 19.000 muertos o desaparecidos dañaron la planta nuclear de Fukushima, dijo el responsable de la agencia de control atómico de la ONU, pero Greenpeace aseguró que no aprendió la lección.
En un comunicado emitido antes del primer aniversario del peor desastre nuclear mundial desde Chernóbil en 1986, que será el domingo, el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), Yukiya Amano, dijo que se habían dado pasos significativos para reforzar la seguridad nuclear desde Fukushima.
"La seguridad nuclear es más fuerte que hace un año", señaló. "Sabemos qué fue mal y tenemos una idea clara de lo que hay que hacer para abordar las causas, no sólo en Japón, sino en otras partes del mundo".
"Ahora tenemos que mantener el impulso. La complacencia puede matar", agregó Amano.
La tragedia de Fukushima se desencadenó el 11 de marzo de 2011, cuando un potente terremoto dio lugar a un tsunami que arrasó la planta costera y causo una serie de fallos catastróficos en las instalaciones.
Las imágenes de la planta y de la enorme devastación dañaron la confianza de la opinión pública en la capacidad de la industria para defender su historial de seguridad.
Después de Fukushima, Alemania, Suiza y Bélgica decidieron abandonar la energía nuclear y fomentar las fuentes de energía renovables.
Casi 50 países más que habían estado operando, construyendo o planeando la construcción de nuevas plantas nucleares continúan dependiendo de la energía nuclear, aunque afrontan costos más altos.
El comunicado de la IAEA reconoció que el accidente del año pasado fue un golpe a la industria nuclear, los reguladores y los gobiernos, pero dijo que podía hacerse mucho para impedir que se repitiera.
"Fue ocasionado por una fuerza masiva de la naturaleza, pero fue la debilidad del diseño de defensa frente a peligros naturales, la supervisión regulatoria, la gestión de accidentes y la respuesta de emergencias lo que permitió que ocurriera", sostuvo la agencia.
Amano, un veterano diplomático japonés, añadió: "Los fallos humanos como estos no son exclusivos de Japón (...) Los países de todo el mundo están investigando los puntos débiles de sus propios sistemas, y tomando medidas para reforzarlos".
Pero el grupo ecologista Greenpeace, que se opone a la energía nuclear por cuestiones de seguridad, dijo que no parecía que se hubieran aprendido "lecciones reales" de Fukushima.
"La industria y los políticos de todo el mundo rápidamente llevaron a cabo las llamadas pruebas de resistencia y concluyeron que ningún reactor en el mundo es inseguro y ha de cerrarse", dijo Jan Beranek, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.
"No hay duda de que incluso Fukushima Daiichi habría superado esas pruebas (...) (La IAEA) dijo incluso que el principal problema era recuperar la confianza pública, en lugar de contemplar cómo proteger mejor a las personas. Esto debe cambiar, o el desastre nuclear es inevitable", agregó en un correo electrónico a Reuters.
(Reporte de Fredrik Dahl, traducido en la Redacción de Madrid. Editado por Javier Leira)
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