HACIA UN MUNDO LiBRE DE ARMAS NUCLEARES
Rolando Páucar Jáuregui. Físico Nuclear
Diario Oficial El Peruano.- La obtención de energía es actualmente uno de los temas de mayor peso para la geoeconomía y geopolítica a escala mundial y trae consigo, muchas veces, acciones militares, luchas de países productores y consumidores de petróleo y, por supuesto, la búsqueda de alternativas energéticas.
La energía nuclear es una de ellas, pero ha sido también motivo de grandes controversias por su potencial militar, lo que ha producido a lo largo de la historia grandes temores y acciones por los diferentes actores en el campo internacional.
Situaciones de riesgo, como la producida durante la llamada Guerra Fría, como la crisis de los misiles soviéticos en Cuba y donde, por primera vez, después de la Segunda Guerra Mundial, se presentó una situación de tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Esa vicisitud fue el desencadenante para que 33 países, firmaran un 4 de febrero de 1967, el Tratado para la proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe o mejor conocido como el Tratado de Tlatelolco, que recién entró en vigor el 25 abril de 1969.
Fue un acontecimiento histórico en favor de la paz y la seguridad de la región, que dio origen a la primera Zona Libre de Armas Nucleares (ZLAN) En 1969 se creó el Organismo para Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (Opanal), siendo hasta el día de hoy la única organización de este tipo entre las cinco ZLAN que hoy existen en el planeta.
El tratado establece una serie de obligaciones entre las partes contratantes en materia de la utilización de material nuclear, así se tiene que se comprometen a usar exclusivamente con fines pacíficos el material y las instalaciones nucleares sometidos a su jurisdicción.
Su objetivo es asegurar la ausencia de armas nucleares en la región, contribuir a la no proliferación de esos artefactos y promover el desarme general y completo.
En la región la vigencia de la norma del Tratado es plena, América Latina es un continente libre de armas nucleares.
Sin embargo, Argentina y Brasil desarrollan tecnología para enriquecer uranio y en el caso del Brasil están en plena construcción de un submarino nuclear, evidentemente tienen capacidad para fabricar armas nucleares, pero la adhesión a este asegura que no lo harán.
En estos días, a raíz de la presencia inglesa en las islas Malvinas, ha vuelto a resaltar la necesidad de hacer cumplir el Tratado, el despliegue de submarinos con propulsión nuclear representa una forma de uso militar de la energía nuclear, independientemente de la cuestión del armamento, el cual está prohibido a las partes contratantes, al menos según la intención histórica del Tratado de Tlatelolco.
La importancia geoestratégica de la energía nuclear en el actual escenario internacional reclama mayor dinamismo en los procesos del desarme nuclear y la no proliferación, y América Latina y el Caribe tienen que desempeñar el papel que les corresponde en esta nueva coyuntura. Hoy más que nunca es necesario sumar esfuerzos para avanzar irreversiblemente hacia un mundo libre de armas nucleares.
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