Por : Rolando Paucar Jauregui / Físico Nuclear
Blogs Perú21.pe.- Según un reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial, los casos de cáncer de próstata se han incrementado. En el caso del Perú la situación no es diferente: anualmente se registran alrededor de dos mil muertes a causa de este cáncer, siendo más frecuente en hombres mayores de 50 años.
Uno de los tratamientos que suele brindarse a este tipo de pacientes es la braquiterapia con semillas radiactivas. La braquiterapia es una forma de tratamiento radioterapéutico en donde isótopos radioactivos son colocados dentro o cerca de la zona que requiere tratamiento. Este tratamiento es una alternativa para tratar tumores que están limitados a la glándula prostática. Su objetivo es, por una parte, anular el crecimiento tumoral; y por otra, disminuir las complicaciones luego de una cirugía.
La braquiterapia es una técnica muy conocida por los buenos resultados obtenidos en los últimos años gracias al desarrollo de nuevos tipos de ecografía y a los programas de medición de las radiaciones (dosimetría), que mejoran la técnica de implantación de las semillas radiactivas y la distribución de la dosis de irradiación, lo que produce mejores resultados con menos complicaciones. Otra ventaja es la corta hospitalización de sólo 24 horas, la rápida recuperación del paciente y mínimas complicaciones luego de la aplicación.
Uno de los tantos motivos por los cuales en el Perú esta técnica no es frecuentemente aplicada es el alto costo de las semillas radiactivas. Una alternativa razonable sería que sean fabricadas en el Perú, en el Reactor Nuclear RP10 de Huarangal, que alberga laboratorios y facilidades para su producción. En otros países de la región se lleva a cabo esta producción, situación que redunda en una mejora en la salud de las personas afectadas por enfermedades como el cáncer de próstata.
Cabe indicar que el RP10 es un reactor de utilización versátil, que tiene entre sus principales aplicaciones la enseñanza y subutilización en la investigación para generar nuevas aplicaciones en los campos de la salud, la agricultura, la industria y el medio ambiente, producción de radioisótopos para medicina nuclear, producción que por cierto se ha visto disminuida en los últimos años.
Como se sabe, la energía nuclear tiene valiosas aplicaciones en la medicina: un ejemplo es la producción de los radioisótopos para medicina nuclear y semillas para braquiterapia. De esta manera se convierte en una firme y constante promotora de la salud. En el Perú, el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) es la entidad pública responsable de todas las actividades que hacen uso de las radiaciones ionizantes, razón por la cual debería liderar proyectos de este tipo.
Ahora que el presidente Ollanta Humala ha declarado su interés en la atención de pacientes oncológicos no estaría de más que el IPEN se ponga las pilas y sus funcionarios salgan de su adormecimiento y estudien la posibilidad de producir estas semillas para el tratamiento de pacientes con cáncer de próstata.
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