Por :Rolando Páucar Jáuregui Físico nuclear
Diario El Peruano.- Cuando sustenté la tesis "El desarrollo energético nuclear y la seguridad y defensa en la región suramericana", en el Colegio Interamericano de Defensa, tuve la oportunidad de intercambiar puntos de vista con especialistas sobre la importancia del desarrollo nuclear en la región y sus implicancias en una futura integración regional.
Diario El Peruano.- Cuando sustenté la tesis "El desarrollo energético nuclear y la seguridad y defensa en la región suramericana", en el Colegio Interamericano de Defensa, tuve la oportunidad de intercambiar puntos de vista con especialistas sobre la importancia del desarrollo nuclear en la región y sus implicancias en una futura integración regional.
Si bien las opiniones eran contradictorias y controversiales, ese debate sirvió para afianzar mi posición sobre la importancia estratégica del desarrollo nuclear en la región y, sobre todo, en mi país. Desde esa época a la fecha Argentina y Brasil han sido los países más avanzados en energía nuclear en América Latina.
Mucho de ese avance fue posible debido a desarrollos propios basados en la alta calidad de sus recursos humanos y en una visión estratégica.
Así, la integración científica tecnológica nuclear entre ambas naciones se dio como resultado de años de reuniones, tensiones, idas y venidas y replanteamientos, pero hoy vemos sus frutos con un interesante desarrollo nuclear de estos países.
La coherencia estratégica que motivó a Brasil y Argentina a impulsar desarrollos nucleares en áreas como la medicina, industria, ambiente, agricultura y energía, entre otras, incluso benefició a otros países gracias a acuerdos de cooperación técnica como fue en el caso del Perú, cuyo mejor ejemplo fue la instalación del primer reactor de investigación RP0 y RP10, así como la creación del Centro Nuclear de Huarangal.
Eran otros tiempos y la visión que en ese entonces se tenía del desarrollo nuclear se fue desvaneciendo, en medio de crisis nacionales severas y de un rumbo no bien definido.
Hoy basta mirar el presente y futuro global y regional para percibir señales evidentes que nos inducen a impulsar la recuperación del interés por el sector nuclear.
Las razones de esta perspectiva son múltiples y se vinculan directamente con el interés nacional; no solo responden al aspecto de la seguridad energética, sino también porque el país debe utilizar en forma integral la energía nuclear como una palanca para el desarrollo tecnológico, del capital humano y la promoción de industrias.
El dominio que una nación puede llegar a tener de tales tecnologías contribuye al ejercicio pleno de la soberanía y a un balanceado diálogo estratégico regional.
En esa línea de acción es necesario plantear una clara visión de futuro con una estrategia nacional de largo plazo, que contemple las necesidades nacionales y su relación y aporte que la tecnología nuclear pueda brindar en ese sentido.
Dicha estrategia debe fijar metas y objetivos concretos y buscar la transferencia teconológica con fines pacíficos y de desarrollo con otros países, especialmente con Brasil. Solo así recuperaremos el tiempo perdido.
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