Rolando Páucar Jáuregui Físico nuclear
Diario El Peruano.- Los últimos anuncios de parte del Ministro de Economía y Finanzas (MEF) de un incremento del presupuesto nacional en un 10% respecto al 2012 para priorizar el desarrollo de la ciencia y tecnología e innovación, es una muestra clara del interés del Gobierno por apostar por ese campo que constituye una herramienta fundamental para sostener el crecimiento económico.
Diario El Peruano.- Los últimos anuncios de parte del Ministro de Economía y Finanzas (MEF) de un incremento del presupuesto nacional en un 10% respecto al 2012 para priorizar el desarrollo de la ciencia y tecnología e innovación, es una muestra clara del interés del Gobierno por apostar por ese campo que constituye una herramienta fundamental para sostener el crecimiento económico.
A este incremento se suma el anuncio de la inyección de 100 millones de dólares, bajo el mecanismo de fondos concursables para proyectos empresariales de innovación, el establecimiento de incentivos tributarios para la investigación y desarrollo y el incremento del presupuesto en un 75%, para el otorgamiento de becas (nacionales e internacionales) dentro de un Plan para la formación y atracción de investigadores.
Es sabido que el crecimiento de un país está determinado por la productividad total de varios factores, más que por aumento en la cantidad de trabajo y capital, y sea quizás el factor de mayor significación en el incremento de la productividad el de la innovación tecnológica. Esta apreciación que es plenamente aplicable al Perú, dada su alta y creciente inserción en la economía global, nos obliga a no sentarnos a disfrutar de nuestra estabilidad económica y esperar con complacencia que el crecimiento venga por extensión, o exclusivamente por los tratados de libre comercio y a las ventajas comparativas de nuestros abundantes recursos naturales.
Ningún Estado moderno y competitivo puede esperar que el salto cualitativo de la industrialización y la alta tecnología venga por sí solo.
El mundo comercial es netamente competitivo por lo que la innovación tecnológica se convierte en un eje impulsor de oportunidades comerciales, incluso en la explotación de los recursos naturales en donde la genética, biotecnología, energía nuclear y otras especialidades pueden brindar grandes aportes a nuestros productos.
En el país apenas existen aislados esfuerzos privados y públicos, en ese sentido. Pero en general no existe una cultura emprendedora y de cambio tecnológico generalizada.
La innovación nacional es escasa y los esfuerzos pasan desapercibidos. Los empresarios, en su mayoría, no quieren invertir y el Estado por mucho tiempo tampoco lo ha hecho, situación que nos ha sumergido en una suerte de punto muerto que nos ha llevado a estadísticas alarmantes. Sin lugar a dudas el compromiso con la innovación, incluyendo la transferencia tecnológica, ha resultado ser una papa caliente que nadie quiere endilgarse.
El país espera que todos los anuncios, sumados a la reciente designación de la doctora Gisella Orjeda como presidenta del Concytec, sean los primeros pasos al cambio y a asumir de manera responsable retos y responsabilidades que nos conduzcan hacia una estabilidad traducida en un desarrollo sustentado en la innovación tecnológica.
La tarea que debe realizar la doctora Orjeda es ardua, conocemos de su honestidad y su brillante trayectoria profesional, calidades que le permitirán concretar la tan buscada articulación de las instituciones científicas.
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