Rolando Paucar Jáuregui. Físico Nuclear
Diario El Peruano.- América del Sur posee grandes reservas de agua, petróleo, gas, uranio, una vasta tierra fértil y un extenso medio ambiente virgen. El abastecimiento de energía sin que esta necesidad dañe el medio ambiente es un desafío que confronta prácticamente toda la humanidad.
Diario El Peruano.- América del Sur posee grandes reservas de agua, petróleo, gas, uranio, una vasta tierra fértil y un extenso medio ambiente virgen. El abastecimiento de energía sin que esta necesidad dañe el medio ambiente es un desafío que confronta prácticamente toda la humanidad.
Los gobiernos de nuestro subcontinente deberían aprovechar las ventajas que le ofrece la naturaleza, estableciendo acuerdos energéticos y marcos regulatorios comunes que nos permitan movilizarnos bajo reglas de juego claras en opciones controversiales.
Esta perspectiva implica concertar acciones de complementación y
articulación con cadenas de valor locales con el aporte financiero y técnico de
las empresas inversionistas.
La energía no debe ser considerada exclusivamente como una cuestión de
recursos naturales, sean estos renovables o no renovables, sino también debe
pensársele como energía social. La energía no es solo un problema técnico y de
recursos, es una tarea fundamentalmente política, económica, social y
ambiental.
Todo se mueve con base en energía, y este debe ser el punto central para la
resolución del desafío energético y de los problemas que enfrentamos los países
de la región.
Se necesita configurar una matriz energética diversificada y construir
empresas regionales, en un marco de profundización de la integración regional.
Suramérica necesita unidad e integración para romper las cadenas del
subdesarrollo y de la pobreza que restan oportunidades a sus millones de
habitantes.
En la actualidad, Unasur cuenta con un Tratado Energético Suramericano, en
el cual un plan nucleoeléctrico podría ser el complemento que falta para
abastecer a la región con energía barata y confiable.
Uno de los primeros pasos que se requiere es la creación de una empresa
nucleoeléctrica suramericana y una empresa uranífera suramericana que asegure la
provisión de combustible para la región dentro del marco de las políticas de
protección del medio ambiente.
Como se puede ver, hay una tendencia regional a alentar el desarrollo de
diversas fuentes y tecnologías de energía renovable e incluir a la energía
nuclear dentro de las estrategias de cada país.
Esto es, promover el desarrollo y el uso de energías con base en la
ciencia, de tecnologías de punta para la producción de energía sostenible, pero
tomando en cuenta posibles impactos sociales o ambientales.
Lo subrayamos, la región necesita activar un proceso de unidad con sus
recursos estratégicos, y esto será posible solo cuando se asuma que la
integración suramericana que necesitamos nace del reconocimiento de que estamos
embarcados en un mismo proceso y compartimos una misma suerte, y para ello
debemos avanzar en conjunto.
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