Rolando Páucar Jáuregui Físico nuclear
Diario El Peruano.- Una conocida encuestadora local
sorprendentemente da cuenta que la entrenadora de vóley Natalia Málaga es
considerada por la población como el personaje del año, encabezando una lista en
la que figuran el presidente de la República, su esposa y el escritor Mario
Vargas Llosa.
También aparecen con menor votación el cantante y compositor Gian Marco,
ganador del Grammy Latino 2012, y el futbolista Paolo Guerrero.
Es indudable que todos ellos merecen la admiración y gratitud del pueblo,
pero, como sucede frecuentemente, la ciudadanía tiende a recordar y alabar
episodios felices y dejar en el olvido aquellos que nos hacen recordar otros más
tristes o aquellos que nos hacen volver a una realidad, que muchas veces, con
algo de cinismo, no queremos recordar.
Sea esta quizá la razón por la que no aparecieron en la lista de personajes
del año los miembros de nuestro Ejército y Policía Nacional, los que este año
han tenido un rol decisivo y protagónico en la lucha contra el
narcoterrorismo.
Hace unos días retorné de Estados Unidos, en donde tuve la oportunidad de
conocer de cerca el drama de dos valerosos soldados del Ejército Peruano: el
capitán EP José Luis Casas Carrión, evacuado el 30 de mayo del presente año para
la reconstrucción de su pie, y el suboficial Yasser García Arévalo, trasladado a
fines de agosto a Washington DC para seguir su proceso de rehabilitación y la
colocación de una prótesis en la pierna derecha.
Ambos soldados, miembros de la patrulla Lince N.º 02, fueron heridos
durante las operaciones realizadas a raíz del secuestro de 36 trabajadores del
consorcio Camisea por parte de huestes de Sendero Luminoso, en la zona de
Kepashiato, Cusco.
A consecuencia de esta valerosa incursión perdieron la vida dos integrantes
de esta patrulla y otros más quedaron mutilados de las piernas, uno perdió un
ojo y cinco soldados quedaron gravemente heridos.
Todos ellos son héroes que han expuestos sus vidas por el Perú, es decir,
por nosotros.
En el combate, y después de ser gravemente heridos, han demostrado valor,
coraje y auténtico patriotismo.
Estos hombres son con razón y justicia los personajes del año, hombres
desconocidos pero poseedores del honor, valentía y temple del coronel Francisco
Bolognesi, que expresó su voluntad de ir a la batalla "hasta quemar el último
cartucho".
Sus palabras son un legado de compromiso por la patria y que están
grabadas en las mentes y corazones de los soldados peruanos.
Por tanto, no deberíamos escatimar elogios para quienes cumplen roles
fundamentales, como son el soporte de la defensa y seguridad del Estado,
garantizar el estado de derecho y la salvaguarda y supervivencia de la
Nación.
La gratitud a estos hombres y mujeres, integrantes del Ejército por dedicar
su vida al servicio de la patria, a los que perdieron la vida o quedaron
discapacitados en cumplimiento del deber, debe ser infinita.