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domingo, 7 de abril de 2013

Golpe al tráfico de armas

busca evitar crímenes de guerra y nuevos genocidios

Acuerdo recortará envío de armas a terroristas y crimen organizado

Diario El Peruano.- Cuando todo el mundo dirige sus miradas a la península coreana ante el peligro de una escalada de un conflicto que podría derivar a una guerra nuclear, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acaba de aprobar esta semana un documento fundamental para contribuir a la paz: el Tratado de Comercio de Armas (TCA).

En nuestro planeta –donde es más difícil comercializar café o hortalizas que fusiles de asalto AK-47– era necesario establecer pautas para el comercio de armas.
 
El tratado tiene como fin garantizar la transparencia de la venta de material bélico en el mundo. Sobre todo se vuelve necesario vigilar que las transferencias se realicen de Estado a Estado, sin el beneficio de terceros.

De acuerdo con los especialistas, el TCA impone obligaciones de protección de los derechos humanos al examinar las transferencias de armas. Antes de una venta se debe realizar una evaluación de riesgo. No se podrá autorizar las exportaciones si existe un riesgo de que puedan servir para cometer o facilitar violaciones del derecho humanitario o de los derechos humanos.

Además, el TCA prohíbe determinadas transferencias, como las que violen abiertamente los embargos de la ONU. También no permiten las transferencias que vayan en contra de las obligaciones internacionales de los estados o las que se realicen con el propósito de cometer genocidio, crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra.
Riesgos

En un mercado que mueve 60,000 millones de dólares al año en armas convencionales, la gran preocupación ha sido que cargamentos del material bélico puedan caer en manos de inescrupulosos comerciantes que están dispuestos a revender en forma clandestina a grupos armados irregulares.

Estos son los verdaderos 'Señores de la Guerra' o traficantes que se encargan de brindar material bélico a grupos paraestatales o grupos rebeldes sin ningún tipo de remordimiento acerca de su uso. Desde la República Democrática de Congo hasta Colombia, los grupos armados no estatales se han convertido en los principales violadores de los derechos humanos.

Cuando comience la vigencia de la norma –para lo cual se requiere la adhesión del tratado de 60 países–, los estados estarán obligados a transparentar las ventas del material bélico.

Es cierto que la firma del TCA es un gran avance para aquellos activistas que creen que menos armas en el mundo es la mejor garantía para vivir un mundo en paz. Pero las transferencias monitoreadas no abarcan a todo tipo de armas convencionales. Están comprendidos los carros y vehículos blindados de combate, los sistemas de artillería de gran calibre, las aeronaves de combate, los helicópteros de ataque, los buques de guerra, los misiles y lanzamisiles y las armas pequeñas y ligeras.

Pero no se encuentran en la lista los polémicos "drones", que transportan misiles sofisticados, que son utilizados principalmente por Estados Unidos para aniquilar selectivamente a líderes de grupos terroristas.
Mayor vigilancia

No hay duda de que el nuevo tratado crea mayores responsabilidades para los países que se dedican a los mayores productores y exportadores de armas. No es casualidad que Rusia, China e India se encuentren entre los 23 países que se abstuvieron en la votación de las Naciones Unidas, mientras que otros 154 miembros emitieron su voto a favor de medidas para darle mayor transparencia a las transacciones.

El liderazgo de la venta de material bélico lo tiene Rusia, que exportó 15,200 millones de dólares en 2012 gracias a la venta de 66 países y tiene acuerdo de cooperación técnico-militar con 85 países.

Lo más importante es que esta medida aprobada en la ONU impedirá que los grupos irregulares o criminales accedan a las armas; estos grupos se caracterizan por utilizar las ventajas de la globalización para operar con total impunidad. Por ejemplo, los grupos irregulares se colocan en las zonas fronterizas para evitar a las fuerzas armadas. Peter Lupha denomina a estos lugares "zonas grises".

Los tambores de guerra que se escuchan en la península surcoreana no deben opacar el gran salto que ha dado la comunidad internacional para crear un mundo más pacífico.

La mayor contribución

[San José, Efe] El expresidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz 1987, Óscar Arias, afirmó que el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) aprobado en las Naciones Unidas es "la más grande contribución de Costa Rica al mundo".

"Esta es la más grande contribución de Costa Rica al mundo en toda nuestra historia, y es el mayor triunfo diplomático que tiene Costa Rica desde su independencia", expresó Arias.

Aseguró que el tratado "va a regular el comercio de armas para que las que hoy llegan a dictadores, autócratas y tiranos no continúen llegando".

El exmandatario explicó que la iniciativa nació en 1997 en la Fundación Arias para la Paz como un código de ética para regular el comercio de armas en el mundo.

"Años después, algo que no estaba en mis planes fue que yo volviera a la política costarricense y que los costarricenses me honraran haciéndome presidente en 2006, y entonces le dije a la Cancillería que aquella vieja idea iba a ser la prioridad en el campo internacional de mi gobierno (2006-2010)", declaró Arias.

El Premio Nobel de la Paz recordó que la iniciativa se convirtió en un Tratado sobre Comercio de Armas con la ayuda de profesores y académicos internacionalistas de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y en 2006 fue introducida en la ONU para su consideración.

"Nunca me imaginé que iba a ver convertido este sueño en realidad en mi vida", expresó Arias.

"Lo que Costa Rica puede enseñar es que hace 64 años abolimos el ejército y que utilizamos los dineros que otros pueblos gastan en armas y soldados en la satisfacción de las necesidades más elementales de nuestra gente", manifestó.

Arias recalcó que es urgente que se disminuya el gasto militar a escala global porque es el principal responsable "de perpetuar la pobreza en el mundo".

"Es evidente que los niños necesitan escuelas, computadoras, buenas universidades, colegios, buenos centros de salud, hospitales, una infraestructura que les permita dar el salto al desarrollo", añadió.

Lo que los niños del mundo "no necesitan es que los ejércitos (de sus países) tengan más tanques, helicópteros artillados, misiles y cazabombarderos", agregó el expresidente.

OEA pide ratificación del acuerdo

[Madrid, Efe] El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, señaló que tras la aprobación del Tratado sobre Comercio de Armas (TCA) en la ONU espera que se ratifique otro acuerdo regional respecto a este tráfico ilícito que incluso "va más allá" por ser uno de los "grandes problemas" de América Latina.

Insulza resaltó la firma del Tratado sobre Comercio de Armas "porque de alguna manera hay que tener un registro y documentar las transacciones de armas", lo que permitirá seguir mejor el trasiego y el tráfico ilícito, dijo.

El TCA establece obligaciones vinculantes para que los gobiernos evalúen las transferencias de armas y municiones, eviten su desvío a grupos terroristas y el crimen organizado, y garanticen que no serán utilizadas para las violaciones de derechos humanos. "Nosotros tenemos un documento propio que va más allá incluso en el tema de tráfico ilícito. (El tratado) nos parece muy bien porque fortalece todo el sistema, dado que uno de los grandes problemas que tenemos en América Latina, sobre todo en la parte norte, es la enorme cantidad de armas ilegales", declaró Insulza.


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