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martes, 15 de noviembre de 2011

Cincuenta años de ciencia



 
Diario El Comercio.com.pe.- A principios de mes la Academia Nacional de Ciencias brindó un merecido homenaje a la Facultad de Ciencias y Filosofía de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). En setiembre la UPCH, que nació en 1961 como la Universidad Peruana de Ciencias Médicas y Biológicas, cumplió 50 años.

Los historiadores se encargarán de describir las circunstancias que dieron lugar a la fundación de esta universidad, su contribución a través de los años a la ciencia peruana y el prestigio y reconocimiento internacional que se ha ganado. Por mi parte, aprovecho esta oportunidad para resaltar, por contraste, la crisis que está viviendo la enseñanza superior en el Perú.

La Facultad de Ciencia y Filosofía nació como Humanidades y Ciencias Biológicas. Luego cambió las prioridades a Ciencias y Humanidades, y lleva el nombre del Dr. Alberto Cazorla, uno de los investigadores que le ha dado prestigio. Los investigadores de la Cayetano son muchos y sería largo enumerarlos.

En anteriores oportunidades hemos mencionado en esta página trabajos de investigación llevados a cabo en la Cayetano en los diversos campos de la medicina y la biología. Desde las enfermedades tropicales, estudios de genética o de epidemiología, entre otros, han sido realizados y publicados por investigadores de la universidad.

Desgraciadamente, la mayor parte de estos investigadores vive y trabaja hoy en el extranjero. Este no es solo el caso de los médicos y biólogos en la Universidad Cayetano, sino el de muchos científicos peruanos que se ven obligados a dejar el país por falta de apoyo a la investigación.

Lo he mencionado anteriormente, pero no me cansaré de repetirlo: el desarrollo de los países no está en la explotación de materia prima sino en la capacitación de sus ciudadanos. No es coincidencia que en las estadísticas mundiales los países que figuran con los más altos ingresos, la distribución más equitativa de la riqueza y la mayor expectativa de vida son los que figuran en los primeros lugares en los logros académicos.

Desde la enseñanza primaria, la base sobre la cual se apoya el proceso educativo, los países que respetan el conocimiento superan desventajas climáticas y carencia de recursos naturales. Creo que fue Toynbee quien dijo que, cuanto más lejos del ecuador, la vida es más difícil y las mayores exigencias llevan a un mayor grado de desarrollo.

Tal vez la abundancia de materias primas y el vivir de la extracción de minerales y del recojo de varias cosechas al año no nos obligaron a respetar el conocimiento. La erudición siempre fue admirada como un elegante adorno de quien tiene la existencia asegurada por ser dueño de recursos naturales.

Admiración por la erudición es otra cosa que reconocimiento de la necesidad y respeto a los conocimientos.
El homenaje a la Facultad de Ciencias de UPCH e indirectamente a toda la universidad viene en un momento de profunda crisis para la educación en el Perú. Hace poco me enteré de que ya tenemos más de 90 universidades y seguimos vendiendo títulos y diplomas y engañando a la gente haciéndoles creer que un papel reemplaza los conocimientos.

Las estadísticas de cualquier país desarrollado muestran que por cada profesional se necesitan muchos técnicos de mando intermedio. Para que un graduado universitario obtenga su título respaldado por los conocimientos que este certifica se necesita tiempo, dinero, instalaciones adecuadas, pero, sobre todo, profesores con los conocimientos necesarios. Estos conocimientos tienen un valor y suponen una remuneración adecuada y el respeto de la sociedad, cosa que obtienen en el extranjero.

Me pregunto cómo un país donde aun en las mejores universidades los profesores se sacrifican respaldados por ingresos adicionales y ‘grants’ del extranjero puede tener 90 universidades. En el caso de la Cayetano Heredia, ha tomado años, ayuda del extranjero, donaciones y el apoyo de ex alumnos en puestos de gran prestigio establecer una facultad cuyos grados son respetados internacionalmente.

Al otro lado del espectro tenemos al Senati y al Tecsup, que hacen una magnífica labor entrenando a los mandos intermedios que requiere nuestra creciente economía. Desgraciadamente, son pocos y tienen que trabajar con una materia prima heterogénea cuyo único denominador común es la deficiencia de nuestra enseñanza primaria y secundaria.

No me refiero a los costosos colegios privados cuyos ex alumnos van a estudiar al extranjero y cuando regresan tienen un trabajo asegurado. Me refiero a la gran mayoría de los colegios estatales y muchos privados cuyo bajo nivel de enseñanza es un ‘handicap’ de partida para el futuro de cualquier actividad.

No solo se trata de quienes desean ingresar a una de las pocas universidades que merecen ese nombre; aun en las escuelas técnicas, con profesores capacitados y con el equipo adecuado, la falta de conocimientos básicos es un freno a la enseñanza. He podido comprobarlo conversando con profesores que se admiran de la falta de conocimientos básicos en los graduados de secundaria.

Los 50 años de la UPCH y su Facultad de Ciencias deberían hacernos pensar en lo que representa la educación superior en el futuro de un país. Tanto los profesores que han pasado por la Cayetano como los que están hoy merecen el agradecimiento del país.

Pero también es una ocasión triste, cuando repasamos la lista de brillantes profesionales que han egresado de esa universidad y hoy están en diversas partes del mundo, contribuyendo a desarrollar la ciencia y a mejorar la calidad de vida de otros países.

Los gobiernos que hemos tenido durante los últimos 50 años siempre le han dado una gran importancia a la educación en sus discursos y han inaugurado locales para centros de estudios. Los ministros, siempre presentes en las inauguraciones, han aprobado alegremente la creación de decenas de universidades. Me pregunto cuánto supieron sobre cuáles son los requisitos de una universidad y el daño que le hace a un país fabricar títulos que no están respaldados por conocimientos.

Enseñar es una obligación del Estado. Es la única manera de que un país, no importa cuán abundantes sean sus recursos naturales, salga del subdesarrollo y logre una distribución más equitativa de su riqueza.
Mis felicitaciones a la Cayetano y a la Facultad de Ciencias y Filosofía, merecen respeto y espero que sean tomados como un ejemplo para enmendar rumbos en nuestra actitud hacia la educación en general y la educación superior en especial.

martes, 12 de julio de 2011

Que la ciencia sea para todos

TRAYECTORIA. La semana pasada don Tomás cumplió 30 años como divulgador de temas científicos en este Diario. Convertir complejas investigaciones en explicaciones didácticas, que sean entendibles para todos, es su sello inconfundible.

Por: Bruno Ortiz Bisso
 
Diario El Comercio.- Una de las cosas más gratificantes que he podido experimentar es compartir una mesa con Tomás Unger y conversar con él sobre su vida. En los últimos cinco años lo he hecho cuatro veces, la última de ellas fue ya como una entrevista formal para escribir esta nota. Durante poco más de una hora me proporcionó más detalles sobre su vida y sobre la experiencia de divulgar la ciencia en un país como el nuestro.

¿Cómo se inicia escribiendo en El Comercio?
A inicios de los ochenta, me llama Jan [Alejandro] Miró Quesada para que haga la página de Ciencias y de Autos en el Diario. Entro en 1981 y poco después moría Racso [Óscar Miró Quesada], el pionero en temas de ciencias. Sacando la cuenta son más de 1.560 páginas publicadas hasta ahora… ¡una barbaridad!

Pese a lo que la gente cree, usted no es científico…
Así es. Yo soy ingeniero en la especialidad de arquitectura. Soy de la última promoción de la Escuela Nacional de Ingenieros (1953), que al año siguiente se transformó en la Universidad Nacional de Ingeniería. La gente cree que soy científico, pero no lo soy. Debe ser por el hecho de estar interesado en estos temas y por lo que me enseñaron mis padres.

¿Qué profesiones tenían?
Mi padre era ingeniero mecánico, profesor, con especialidad en termodinámica y diseñador de máquinas. Él diseñó la turbina de gas de Marcapomacocha. Y mi madre era doctora en Química.

¿Nunca le pasó por la cabeza estudiar otra cosa?
Cuando me fui a EE.UU., estudié para ser ingeniero naval. Luego regresé al Perú a estudiar Arquitectura. Pero después he seguido estudiando. Un tema que me encanta a mí es la biología y eso no te lo enseñan en la escuela de ingenieros. Eso me enseñó un poco mi madre. Luego, seguí leyendo, estudiando y conversando con gente experta en el tema. A mí me ha enseñado mucho el biólogo Alberto Cazorla. Para poder escribir de algo, primero uno debe entenderlo; y para entenderlo debe preguntarle a alguien que conozca del tema.

¿Qué se necesita para divulgar temas científicos?
La idea es difundir esas informaciones de manera sencilla y didáctica. Para ello hay que tener conocimientos básicos, como física y química. Y después un poco de matemáticas, aunque a mi entender ya no son una ciencia, sino un arte y una herramienta. Ahora se usan para todo porque facilitan la manera de ver las cosas.

Uno de los principales problemas que enfrentan estos temas es que no cuentan con espacio constante en los medios…
Se dice que esos temas no venden, pero es como el tema de la gallina y el huevo. Por ejemplo, tuve varios espacios en la televisión que tenían buena aceptación de la gente, pero no se vendía la publicidad. Hoy en día ya la disponibilidad de información es muchísimo más grande, pero sigue habiendo interés por estos temas. Definitivamente es más fácil obtener publicidad para un programa de violencia o chismes.

¿Por eso incursionó en Internet?
Desde hace más de un año tengo mi blog (http://www.tomasenlinea.com/), el cual tiene mucha lectoría en el extranjero. Esto pasa por una única razón: la divulgación científica en español es bastante pobre.

¿Y eso por qué sucede?
Eso se debe a que en los colegios más caros enseñan idiomas y tienen acceso a la información directa en la publicación original. Hoy en día la mayor parte de la investigación científica viene en inglés, pero también hay muy buena en alemán.

¿Qué es lo que ha buscado todo este tiempo a través de su divulgación?
Los países del Tercer Mundo no tienen acceso a literatura popular sobre ciencias. Para mí, lo principal es despertarle el interés a la gente por la ciencia. Pero lo que veo por la interacción a través del blog y del Twitter (@tomasenlinea) es que hay mucho interés de la gente, pero poco conocimiento. Es decir, hay gente inteligente interesada genuinamente en el tema, pero que carece de la información previa para entenderlo fácilmente. Eso denota que la educación de ciencia ha sido deficiente, pero ese vacío no lo llenaré yo ni ningún medio de comunicación.

EL PERFIL
Nombre: Tomás V. Unger Golsztyn.
•Estudios: Colegio Champagnat de Miraflores. Universidad de Portland (EE.UU.), Escuela Nacional de Ingenieros del Perú.
Profesión: Ingeniero arquitecto.
Edad: 81 años
Idiomas: Español, inglés, alemán, polaco, italiano, portugués y francés.
Trayectoria: Ha trabajado en el Hipódromo de Monterrico, en el Ministerio de Industria y Comercio, en el BID, en Concytec y en Indecopi. Ejerce el periodismo desde 1956 con participación en “La Prensa” (1956-1984), “Correo” (1970-1976), “Expreso” (1991-1999) y El Comercio (desde 1981). También ha tenido programas en televisión.

SUS FRASES
“Para escribir sobre algo uno debe entenderlo, y para ello debe preguntarle a quien conozca del tema”
“Hay mucho interés de la gente en la ciencia, pero poco conocimiento previo [...] La educación en ciencia ha sido deficiente”

miércoles, 6 de julio de 2011

Treinta años de ciencia

RECUENTO. En 1981 se detectó el primer caso de sida en el mundo, voló el primer transbordador espacial y unos 700 millones de personas vieron la boda del príncipe Carlos y Diana por televisión.

Por: Tomás Unger
 
Diario El Comercio.- El jueves 7 está página cumple 30 años. La mayoría de los peruanos no había nacido aún y el mundo estaba dividido aún por la Guerra Fría. La Arpanet se convertiría en Internet, pero faltaban ocho años para que Tim Berners-Lee inventara la web.

Durante este tiempo hemos publicado más de 1.560 artículos en esta página; trataré de hacer un breve recuento de algunos temas científicos y tecnológicos más saltantes que cubrimos.

La exploración del espacio se aceleró con el fin de la Guerra Fría, al colaborar Rusia con la NASA y la ESA. Se inició la construcción de la Estación Espacial Internacional, hoy completa. Diversas sondas exploraron los planetas lejanos y en 1994, gracias a la presencia de la sonda Galileo en la vecindad del planeta, pudimos ver el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 en Júpiter. También pudimos observar volcanes en Io, una luna de Júpiter.

El telescopio espacial fue lanzado y luego reparado, con lo que abrió la visión de las galaxias más lejanas, a más de 13 mil millones de años luz. Se descubrió el primer planeta extrasolar, hoy ya hay más de 150. Diversos modelos confirmaron que el 96% del universo consta de materia y energía “oscuras”, y que conocemos solo el 4%. Mientras tanto, el CERN europeo construyó el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el mayor acelerador de partículas del mundo, que tratará de descifrar algunos de los secretos de la física y la cosmología.

En biología, nuestra página nació con el sida, detectado por primera vez en 1981. La identificación del virus demoró más y tuvimos la confrontación Gallo versus Montagnier, el auténtico descubridor. La biología molecular tuvo avances espectaculares y vimos el primer animal clonado, la oveja Dolly. La epidemia de las vacas locas, que pasó a los humanos con la enfermedad CJD (Creutzfeldt-Jakob), llevó al descubrimiento de los priones con un premio Nobel para el doctor Prusiner.

Para el nuevo milenio se decodificó el genoma humano y la ingeniería genética adquirió mayoría de edad. Durante las tres décadas hubo una revolución en la producción de fármacos, diagnóstico de enfermedades y su tratamiento, con recursos de la genética. Avances en todos los campos de la biología han dado nuevas esperanzas para enfrentar las enfermedades.

La posibilidad de alterar plantas y animales para alimento ha generado un debate que sigue en pie. Un descubrimiento que da luz sobre posibles formas alternas de vida fue el reemplazo del fósforo por el arsénico en el metabolismo de una bacteria. En las Ciencias de la Tierra también hubo grandes avances. Las placas tectónicas se siguieron desplazando, causando terremotos y tsunamis. Las redes sísmicas y de prevención han crecido y aportado nueva información, acercando el día en que se podrá pronosticar estos eventos.

Los antropólogos siguieron encontrando restos fósiles que complican el ancestro humano. Se determinó que Neanderthal fue una especia aparte del ‘Homo sapiens’ y que hubo más de un precursor del ‘Homo erectus’.

Las últimas décadas del siglo XX vieron una explosión tecnológica en las comunicaciones. La evolución de Internet y la web fue exponencial. La telefonía celular pasó de ser una curiosidad a ser el medio de comunicación más difundido (más de 4.000 millones de teléfonos celulares). La fibra óptica dio el ancho de banda que hoy comunica al mundo. Los inventos de Stephen Jobs le pusieron pantalla móvil a las comunicaciones. El ancho de banda y la conexión inalámbrica han hecho posible “la nube”, donde los servicios y los archivos están en el ciberespacio, reduciendo los requisitos de los procesadores individuales.

La nanotecnología ha creado nuevos materiales, entre ellos el grafeno, con características que auguran una revolución tecnológica con muchas aplicaciones. La tomografía, la cirugía láser, los nuevos aviones con plástico en lugar de metal, son parte de la innovación. La energía renovable y los biocombustibles nos dan la esperanza de librarnos de la adicción al petróleo. La computadora de 100 dólares de Nicholas Negroponte es una promesa, aún incumplida, para revolucionar la educación.

EN EL PERÚ
Si bien la ciencia en nuestro país no ha tenido apoyo gubernamental, nuestros investigadores han alcanzado logros importantes. El Instituto Geofísico del Perú (IGP) ha publicado importantes trabajos, puesto en funciones una red de alerta sísmica y de tsunamis e inaugurado un planetario. Trabajos de los doctores Woodman y Chau, entre otros, han sido publicados y reconocidos internacionalmente. El doctor Raúl León Barúa contribuyó al descubrimiento del ‘Helicobacter pylori’, que le valió un premio Nobel del 2005 a los doctores Marshall y Warren de Australia.

En arqueología, el Perú brilló en varias ocasiones. El doctor Walter Alva, descubridor de Sipán, ganó reconocimiento mundial. Los trabajos de Ruth Shady en Caral y los de Federico Kauffmann Doig en Kuélap recibieron reconocimiento internacional. En la prestigiosa Universidad Cayetano Heredia, dos investigadoras alcanzaron los más altos puestos: Fabiola León Velarde es rectora, y Patricia Herrera dirige el laboratorio de biología. En la Universidad Católica, el doctor Jorge Heraud y sus alumnos construyen espectaculares robots y un radiotelescopio que nos pondrá en el mapa de la investigación astrofísica. Mientras tanto, investigadores peruanos han ganado renombre en diversos países en el campo de la biología y la medicina.
EL FUTURO
Un tema recurrente en esta página ha sido el cambio climático y nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Ya ha sido demostrado, más allá de toda duda, que la actividad humana está calentando la atmósfera y con ello alterando el clima. Se ha dicho que hemos entrado a una nueva era geológica: el ‘antropoceno’ (antropo = hombre y ceno = reciente).

 El hombre está cambiando la Tierra a paso acelerado, extinguiendo especies, contaminando ríos, lagos y mares, y precipitando cambios meteorológicos. Existe consenso sobre este hecho, pero no parece haberlo sobre la manera de enfrentarlo. En lo referente al país, no es mucho lo que podemos hacer por cambiar los patrones de consumo mundiales, nuestro único recurso para progresar es la educación.

El dinero puede comprar todo menos tiempo y la educación requiere de tiempo. En lugar de universidades sin profesores, con alumnos sin preparación, son los colegios y las carreras intermedias las que requieren un máximo esfuerzo. Esperemos que este se haga.

Inevitablemente, nuestro resumen es arbitrario y tiene de todo un poco. Resulta difícil el solo enumerar los temas que hemos tratado en más de 1.560 artículos en las tres décadas que han visto el desarrollo tecnológico y científico más acelerado de la historia.

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