(Escrito por Rolando Páucar - 19/01/09).- Cuando hace 20 años tuve la oportunidad de estar presente en la inauguración del Centro Nuclear RACSO, que es hasta el momento el más grande y moderno complejo científico tecnológico del país y en el cual el Estado decidió invertir alrededor de 150 millones de dólares, ese grupo de jóvenes profesionales que nos iniciábamos en la ciencia nuclear vislumbrábamos para el país un gran futuro científico y tecnológico.
No fue por una decisión antojadiza la que el Estado adquiriera un Reactor de 10 MW de Potencia (RP10), que por cierto era el más moderno de la región ya que el Perú contaba con un ambicioso plan nuclear que marcaba sus objetivos a corto, mediano y largo plazo.
Sin embargo, al pasar los años este sueño nuclear se fue desvaneciendo, debido a lo que parece ser una costumbre nacional, una sucesión de gestiones desacertadas y sin continuidad, no hicieron más que dejar al Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) sin brújula y terminar mandando al plan nuclear peruano al destierro. Un claro ejemplo es lo que ha sucedido con el reactor nuclear RP10, el cual es un activo importantísimo que se encuentra subempleado y tratando de sobrevivir sin combustible.
En opinión de Francisco Vidarte, Presidente de la Asociación de Profesionales Nucleares, se precisa de una política de Estado que oriente el desarrollo del Programa Nuclear Nacional. Advierte además que hasta el momento no se ha debatido los proyectos de ley sobre el uranio y la energía nuclear en la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la Republica por lo cual no contamos con la pirámide normativa necesaria para brindar sostenibilidad a las inversiones privadas o extranjeras. Si a esto le sumamos que el IPEN no aparece en los diseños de la nueva organización del Poder Ejecutivo y tampoco es considerado como uno de los organismos públicos descentralizados del Ministerio de Energía y Minas, en opinión del especialista, queda pensar que el Estado no está al tanto de la importancia de la energía nuclear.
En el contexto mundial se viene observando un vertiginoso crecimiento de la aplicación nuclear. En un reciente artículo publicado en la revista International J. Nuclear Governance, Economy and Ecology el profesor Jesse H. Ausubel, de la Universidad Rockefeller de Nueva York, se refiere a la energía nuclear como la única energía realmente verde y que puede proporcionar toda la energía que el mundo necesita sin emisiones de CO2 y sin implicar la modificación de enormes superficies de terreno. Ausubel afirma que las centrales nucleares pueden proporcionar tanto energía eléctrica como combustibles (hidrógeno), este último obtenido a corto plazo mediante el reformado de metano y en un futuro próximo, cuando los reactores de alta temperatura estén en funcionamiento mediante descomposición térmica del agua, utilizando ciclos termoquímicos.
Pero la energía nuclear no sólo es una herramienta energética, sino también una herramienta geopolítica y estratégica. Nuestros vecinos han visionado estos alcances y han marcado su hoja ruta para los próximos años, ellos están apostando por el futuro, nosotros seguimos mirando a corto plazo. Brasil, Argentina, Venezuela y Chile vienen promoviendo desarrollos nucleares mucho más ambiciosos. Asimismo, todos los países de la región han firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, con lo cual se garantiza que los desarrollos nucleares son estrictamente pacíficos, echando por tierra los antiguos fantasmas de las bombas atómicas.
Por eso no me sorprendió que cuando hace algunas semanas tuve la oportunidad de preguntarle al Ministro de Defensa del Brasil Nelson Jobim -a propósito de una conferencia que dictara en el Colegio Interamericano de Defensa en Washington- acerca de qué desarrollos para la Defensa que conviene a los países de la región promover estratégicamente, me contestó que era preciso consolidar una base tecnológica en energía nuclear y otra en tecnología aeroespacial. Recordemos que ellos con apoyo de Francia están construyendo un submarino nuclear. Pero por otro lado tenemos las múltiples utilidades de la energía nuclear en la medicina, agricultura, minería, industria así como en otras áreas productivas. Un claro ejemplo lo tenemos con el trabajo que viene realizando en los Estados Unidos el peruano José Velazco con su acelerador de electrones para la descontaminación de aguas residuales e irradiación de alimentos y el cual tiene proyectado implementar en el país.
Pese a que estos últimos años se han presentado grandes escollos para mantener a la energía nuclear como una alternativa viable nacional, creo necesario precisar que se requiere una reingeniería en el IPEN capaz de articular sus actividades con los intereses del país, tarea que no será difícil puesto que la energía nuclear ha demostrado que es y será una de las mejores herramientas que un país tiene para enfrentar sólidamente el futuro, sólo hace falta que el país tenga conocimiento de ello, ¿qué esperamos?.